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En qué envases hay que almacenar el aceite de oliva en la restauración

Cumplir con la normativa sobre el almacenamiento del aceite de oliva en restauración es esencial para garantizar su calidad y autenticidad.

2 minutos

5/2/25

El aceite de oliva es uno de los ingredientes más valorados en la gastronomía y un pilar fundamental en la industria alimentaria española. Sin embargo, garantizar su correcta conservación en el sector de la restauración sigue siendo un desafío, ya que no todos los envases aseguran la preservación de sus propiedades y calidad.

Con el objetivo de reforzar el cumplimiento de la normativa vigente, la Interprofesional del Aceite de Oliva Español ha iniciado reuniones con el Gobierno y las Comunidades Autónomas para insistir en la aplicación del Real Decreto 895/2013. Esta ley establece la obligatoriedad de utilizar envases inviolables y correctamente etiquetados en el sector de la hostelería y restauración, evitando así la reutilización y el relleno de recipientes que podrían comprometer la autenticidad del producto.

Pedro Barato, presidente de la Interprofesional destaca que estas malas prácticas perjudican tanto a los propios hosteleros como a la imagen del sector: “No ofrecer un producto garantizado resta calidad a la experiencia del cliente y daña la reputación de los Aceites de Oliva de España. En otros grandes países productores, como Italia y Grecia, los restaurantes actúan como embajadores de sus aceites de oliva. Es especialmente doloroso que esto ocurra en España, líder mundial en calidad, producción y comercialización de aceites de oliva, y una potencia turística que está a punto de alcanzar los 100 millones de visitantes anuales”.

¿Qué dice la normativa?

Desde 2014, el sector de la hostelería, la restauración está obligado a cumplir con la normativa que regula la presentación de aceites de oliva en sus envases no rellenables con las siguientes medidas:

  • Etiquetados donde figure la marca, el origen y la fecha de caducidad.
  • Que dispongan de un sistema de apertura que pierda la integridad después del primer uso (no se permiten las aceiteras u otros dispositivos con tapón de corcho o vidrio).
  • No rellenables, es decir, que no se pueda reutilizar. 

Esta normativa afecta solo a los aceites de oliva: virgen, virgen extra, refinados y orujo de oliva. Además, de aplicarse a bares y restaurantes, también entran: servicios de catering y comedores de escuelas, empresas, hospitales, hoteles, etc.

¿Por qué en envases no rellenables?

El uso de envases no rellenables en la restauración no es una cuestión menor, sino una garantía de calidad y transparencia para el consumidor. Estos envases aseguran que el aceite servido es exactamente el que indica la etiqueta, preservando su origen, autenticidad y propiedades organolépticas. Además, permiten que los clientes consulten libremente la información del producto, generando confianza y mejorando su experiencia gastronómica. En cambio, un envase anónimo o rellenado con aceites de menor calidad no solo genera desconfianza, sino que puede afectar la reputación del establecimiento.

Otro factor clave es la seguridad alimentaria. Los envases inviolables evitan manipulaciones indebidas y garantizan que el aceite no ha sido rellenado con productos de menor calidad o incluso con aceites diferentes a los indicados en el etiquetado. Esta medida también ayuda a prevenir fraudes y protege los derechos del consumidor, asegurando que el producto consumido corresponde realmente a su categoría.

Por si fuera poco, incumplir esta normativa puede conllevar sanciones económicas significativas. Las multas por utilizar envases rellenables van desde los 600 hasta los 600.000 euros en casos graves que pongan en riesgo la salud pública. Además, sin un etiquetado claro, es difícil saber cuándo un aceite ha caducado o ha perdido sus propiedades, lo que podría derivar en problemas alimentarios con graves consecuencias para los clientes y el negocio. 

¿Qué envases son adecuados para el aceite de oliva en restaurantes?

Existen dos formatos principales que cumplen con la normativa vigente:

  • Botellas con tapón irrellenable: Estos envases garantizan que el aceite servido es el original y no ha sido alterado. Son la opción más común en restaurantes, ya que permiten conservar el producto en perfectas condiciones y asegurar su autenticidad ante los clientes.
  • Formatos monodosis: Incluyen sobres, minibotellas, pequeños cacitos u otros envases de una sola porción. Este formato es ideal para garantizar la higiene y facilitar el control de consumo en establecimientos de hostelería.

¿Qué hacer si un restaurante no cumple con la normativa?

Si un consumidor detecta que un establecimiento utiliza envases rellenables o que no cumplen con la normativa, tiene derecho a actuar para garantizar la protección del producto y sus derechos como cliente. Existen dos vías principales para denunciar estas irregularidades:

  1. Presentar una hoja de reclamación en el establecimiento, solicitando que se registre oficialmente su queja.
  2. Interponer una denuncia de consumo y fraude alimentario, a través de los canales habilitados por las autoridades competentes.

Estas medidas se sustentan en el Reglamento 1169/2011, que establece la obligatoriedad de proporcionar información clara y veraz sobre los alimentos al consumidor. El cumplimiento de estas normas no solo protege la salud pública, sino que también contribuye a preservar la excelencia de los aceites de oliva en la restauración.

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La gastronomía española rinde homenaje a una de sus tapas más icónicas: la croqueta. En el Día Internacional de la Croqueta, que se celebra cada 16 de enero, esta delicia recibe toda la atención que merece. Aprovechando la ocasión, nos hemos dado a la difícil tarea de crear esta guía para descubrir dónde comer las mejores croquetas en España.

Hablar de croquetas es adentrarse en un mundo de creatividad infinita. Desde las clásicas de jamón hasta las más atrevidas de bacalao, rabo de toro o queso azul, cada una tiene su propio carácter. Y si nos fijamos en el rebozado, encontramos opciones para todos los gustos: desde el tradicional pan rallado hasta versiones innovadoras con panko o maíz tostado. 

Sin embargo, todas comparten algo en común: una bechamel perfectamente cocinada, sin grumos y con el punto exacto de melosidad, acompañada de una fritura que logre ese crujido característico que da sentido a su nombre, derivado del verbo francés croquer.

Croquetas Michelin

El bocado delicioso de un plato tradicional, elevado a la categoría de alta gastronomía, es lo que ofrecen los restaurantes más destacados de la guía Michelin. En sus propuestas, las croquetas dejan de ser una simple tapa para convertirse en una experiencia culinaria inolvidable.

¿Los más sonados? En Asturias, nombres como Casa Marcial (3 estrellas) y Casa Gerardo (1 estrella) se encuentran a la vanguardia. En El Corral del Indianu (1 estrella) y Regueiro (Tox), sus croquetas también se han ganado un lugar privilegiado en el panorama gastronómico nacional. La delicadeza de sus elaboraciones y la calidad de sus ingredientes hacen que cada bocado sea pura magia.

En otras partes de España, destacan las croquetas de jamón ibérico en Solana (1 estrella) y las de Trivio en Cuenca, donde la chacina estrella se convierte en arte. Para quienes buscan originalidad, las croquetas de tres carnes en Tatau Bistro (1 estrella) o las de pollo asado en Canalla Bistro (Valencia) son opciones imprescindibles. También merece una mención especial la versión de cocido de la abuela Manuela que se sirve en Tapas 3.0 (Salamanca), una auténtica oda a la tradición familiar, destaca la Guía Michelin.

Barcelona no se queda atrás. Lugares como Freixa Tradició y Vivanda (ambos reconocidos con un Bib Gourmand), junto con Mont Bar y Bardeni-Caldeni, presentan croquetas irresistibles, con propuestas donde la carne toma un protagonismo especial.

Por último, no podemos olvidar las emblemáticas croquetas de Echaurren (La Rioja), elaboradas siguiendo la receta de Marisa Sánchez, Premio Nacional de Gastronomía en 1987 y madre del chef dos estrellas Michelin, Francis Paniego. Estas croquetas han trascendido fronteras y son consideradas un icono en la alta cocina española.

Croqueta del Echaurren. Cortesía Guía Michelin.

Las de jamón

Si hay una croqueta que conquista paladares de norte a sur, es la de jamón. Su popularidad es indiscutible, tanto entre los comensales como en los concursos culinarios que buscan coronar a la mejor de España.

En Toledo, Iván Cerdeño ha marcado un antes y un después en la elaboración de croquetas. Su influencia es tal que varios de los ganadores recientes del Campeonato de Croquetas de Jamón son discípulos suyos. No lejos de ahí, las croquetas de jamón ibérico de José Manuel Gallego, también en Toledo, destacan por su calidad y ejecución, al punto de ser consideradas dignas de concurso. Cañitas Maite, otro representante toledano, se lleva el prestigioso título de Mejor Croqueta de Jamón Joselito en el concurso de Madrid Fusión 2021.

Más al sur, en Albacete, Ababol brilló con su croqueta elaborada con Jamón 5Jotas, conquistando el título de Mejor Croqueta de España en 2023.

En Asturias, las croquetas de jamón de Casa Belarmino han mantenido su fama a lo largo de los años. Finalistas en Madrid Fusión 2020, son un ejemplo de tradición y excelencia que sigue enamorando a quienes las prueban.

El restaurante Quinqué de Madrid se alzó como campeón de la Mejor Croqueta de Jamón de España en 2024. Entre los finalistas de ese año están el restaurante Pandora (Avilés), Flama (Valencia), La Barra de la Tasquería (Madrid), Santabar (Alicante), Jardín de los Duques (Madrid) y Jorge Lozano del restaurante Portal del Lino (Salamanca). Cada uno de ellos destaca por esta icónica tapa.

El norte destaca con las mejores croquetas

Cuando se trata de croquetas, el norte de España se posiciona como una auténtica cuna de excelencia. En Asturias y Burgos, los chefs han logrado crear versiones únicas que combinan tradición, innovación y una técnica impecable, elevando esta tapa a niveles inigualables.

En Oviedo, Pedro Martino, del restaurante Naguar, ha ganado reconocimiento por sus croquetas excepcionales. En Regueiro (Asturias), las croquetas han alcanzado el estatus de leyenda y han obtenido el premio a la Mejor Croqueta del Mundo en 2015, un reconocimiento que reafirma la maestría de su cocina. Otro imprescindible asturiano es Casa Gerardo, cuyas croquetas de compango de fabada se han convertido en una referencia indiscutible.

En Burgos, Cobo Estratos sorprende con su ‘Croqueta de leche fresca de vaca e ibérico’. Este restaurante combina la pureza de la leche local con la intensidad del jamón ibérico, logrando un equilibrio sublime que convierte cada bocado en una experiencia inolvidable.

Las croquetas de Madrid

Madrid, con su vibrante escena gastronómica, se posiciona como uno de los epicentros de las mejores croquetas de España. La capital ofrece desde las más tradicionales hasta las creaciones más innovadoras, conquistando a locales y turistas por igual.

El restaurante Tres por Cuatro ha destacado como finalista en el campeonato a la Mejor Croqueta de Jamón 2024, consolidándose como un referente en la escena croquetera madrileña. Otra de las grandes favoritas son las croquetas de Arzábal, cuya receta incorpora leche de oveja para intensificar su sabor.

En el barrio de Tetuán, Viavélez, una taberna de esencia asturiana dirigida por Paco Ron, deleita con dos variedades excepcionales: jamón y gambas. Por su parte, El Quinto Vino, una taberna castiza de renombre, sorprende con sus emblemáticas “croquetas de Esperanza”, elaboradas con jamón serrano y conocidas por su tamaño generoso y sabor tradicional.

Para los amantes de la creatividad, La Gastroteca de Chema es una parada obligatoria. Este restaurante, dirigido por Chema Soler, reinventa la croqueta con combinaciones únicas como tex mex de pollo, guacamole y jalapeños, pato con foie, o incluso croquetas líquidas de queso con confitura de tomate y olivas negras. Su carta es un paraíso para los croqueteros más atrevidos.

Entre los imprescindibles de Madrid también destacan las propuestas de La Tasquita de Enfrente, Cañadío, y BiBo Madrid, donde el chef Dani García mantiene la esencia de sus recetas originales, con opciones como jamón con polvo seco de tomate o chipirones en su tinta.

El restaurante Santerra también merece mención especial, cuyas croquetas de jamón ibérico se han alzado como las Mejores Croquetas del Mundo en Madrid Fusión 2018. Y si lo que buscas es historia y autenticidad, la taberna Casa Julio no decepciona. Su carta incluye opciones únicas como espinacas con pasas y gorgonzola, morcilla con membrillo, setas con puerros, queso azul, y muchas más.

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