Cumplir con la normativa sobre el almacenamiento del aceite de oliva en restauración es esencial para garantizar su calidad y autenticidad.
El aceite de oliva es uno de los ingredientes más valorados en la gastronomía y un pilar fundamental en la industria alimentaria española. Sin embargo, garantizar su correcta conservación en el sector de la restauración sigue siendo un desafío, ya que no todos los envases aseguran la preservación de sus propiedades y calidad.
Con el objetivo de reforzar el cumplimiento de la normativa vigente, la Interprofesional del Aceite de Oliva Español ha iniciado reuniones con el Gobierno y las Comunidades Autónomas para insistir en la aplicación del Real Decreto 895/2013. Esta ley establece la obligatoriedad de utilizar envases inviolables y correctamente etiquetados en el sector de la hostelería y restauración, evitando así la reutilización y el relleno de recipientes que podrían comprometer la autenticidad del producto.
Pedro Barato, presidente de la Interprofesional destaca que estas malas prácticas perjudican tanto a los propios hosteleros como a la imagen del sector: “No ofrecer un producto garantizado resta calidad a la experiencia del cliente y daña la reputación de los Aceites de Oliva de España. En otros grandes países productores, como Italia y Grecia, los restaurantes actúan como embajadores de sus aceites de oliva. Es especialmente doloroso que esto ocurra en España, líder mundial en calidad, producción y comercialización de aceites de oliva, y una potencia turística que está a punto de alcanzar los 100 millones de visitantes anuales”.
Desde 2014, el sector de la hostelería, la restauración está obligado a cumplir con la normativa que regula la presentación de aceites de oliva en sus envases no rellenables con las siguientes medidas:
Esta normativa afecta solo a los aceites de oliva: virgen, virgen extra, refinados y orujo de oliva. Además, de aplicarse a bares y restaurantes, también entran: servicios de catering y comedores de escuelas, empresas, hospitales, hoteles, etc.
El uso de envases no rellenables en la restauración no es una cuestión menor, sino una garantía de calidad y transparencia para el consumidor. Estos envases aseguran que el aceite servido es exactamente el que indica la etiqueta, preservando su origen, autenticidad y propiedades organolépticas. Además, permiten que los clientes consulten libremente la información del producto, generando confianza y mejorando su experiencia gastronómica. En cambio, un envase anónimo o rellenado con aceites de menor calidad no solo genera desconfianza, sino que puede afectar la reputación del establecimiento.
Otro factor clave es la seguridad alimentaria. Los envases inviolables evitan manipulaciones indebidas y garantizan que el aceite no ha sido rellenado con productos de menor calidad o incluso con aceites diferentes a los indicados en el etiquetado. Esta medida también ayuda a prevenir fraudes y protege los derechos del consumidor, asegurando que el producto consumido corresponde realmente a su categoría.
Por si fuera poco, incumplir esta normativa puede conllevar sanciones económicas significativas. Las multas por utilizar envases rellenables van desde los 600 hasta los 600.000 euros en casos graves que pongan en riesgo la salud pública. Además, sin un etiquetado claro, es difícil saber cuándo un aceite ha caducado o ha perdido sus propiedades, lo que podría derivar en problemas alimentarios con graves consecuencias para los clientes y el negocio.
Existen dos formatos principales que cumplen con la normativa vigente:
Si un consumidor detecta que un establecimiento utiliza envases rellenables o que no cumplen con la normativa, tiene derecho a actuar para garantizar la protección del producto y sus derechos como cliente. Existen dos vías principales para denunciar estas irregularidades:
Estas medidas se sustentan en el Reglamento 1169/2011, que establece la obligatoriedad de proporcionar información clara y veraz sobre los alimentos al consumidor. El cumplimiento de estas normas no solo protege la salud pública, sino que también contribuye a preservar la excelencia de los aceites de oliva en la restauración.
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Cumplir con la normativa sobre el almacenamiento del aceite de oliva en restauración es esencial para garantizar su calidad y autenticidad.
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