Un año más, los restaurantes con solera se visten de esmoquin para celebrar su evento anual. Esta vez Córdoba ha sido la afortunada para alojar esta gala que ha traído lo mejor de cada región para dar visibilidad, como siempre, a los restaurantes con personalidad y actitud.
Soletes Repsol 2024
El pasado 11 de noviembre fue el día elegido para celebrar el evento presencial de entrega de premios de los Soletes de la Guía Repsol que ha conseguido reunir en Córdoba a los restauradores más únicos de todo nuestro país.
Esta ha sido la tercera edición de un premio que ya ha conseguido afianzarse como referente en el gremio de restauradores así como ya lo hizo su hermano mayor, el galardón Sol Repsol. Tras tres ediciones a sus espaldas donde se premiaron conceptos que tan pocas veces vemos como Soletes de barrio, Soletes de carretera o Soletes de los cocineros, esta vez vuelven para volver a dar luz a un grupo de restaurantes que parecían estar muriendo: Tascas, tabernas, bares, mesones, barras… en pocas palabras, la cocina tradicional, de toda la vida y que han bautizado como Soletes con solera.
Por primera vez, los soletes han llegado hasta pastelerías como la Antigua Pastelería del Pozo para no olvidar al gremio de los pasteleros que día a día mantienen viva la esencia de los dulces de tradición y que habría muerto si no fuese por ellos.
Está claro que el galardón sigue evolucionando para incluir todos los gremios que nuestra gastronomía ha construido, pero la filosofía sigue clara: Reconocer a los negocios que no salen en las guías, los lugares que recomendarías a un amigo. Hace tiempo que las tendencias que giraban en torno al slow cooking, real fooding o cocina de proximidad nos indicaban que había un grupo creciente de consumidores que preferían un tipo de cocina más tradicional y de casa, dejando de lado el fast food y el rumbo culinario que había marcado el delivery desde el trono que le había dado la pandemia. Esto no significa que la cocina tradicional vaya a ser el nuevo rey de la gastronomía, pero que los soletes hayan decidido ofrecer un galardón a quienes desde siempre han protegido la cultura y a los que se han unido por el camino es muy buena señal.
“Queremos celebrar a quienes se han mantenido fieles a los sabores en los que se reconocen varias generaciones. Estos Soletes con Solera comparten una filosofía común que se nutre del entorno y la herencia recibida, tan vigente en pueblos y ciudades pequeñas y que en los últimos tiempos ha contagiado de ese arraigo a las grandes urbes y a una parte de los que están estrenando sus negocios”. María Ritter, directora de Guía Repsol.
Las buenas noticias no sólo vienen por la preservación de nuestra cultura gastronómica, también por la repercusión directa que este tipo de cocina conlleva. Trabajar con productos de proximidad, el ahorro de energía o el aprovechamiento como primer mandamiento son pilares que definen a estos restauradores y a sus proyectos. Esta convicción por trabajar de una manera sostenible es lo que también los ha llevado a conseguir ser galardonados, porque no solo preservan su cocina, también su entorno y su barrio.
Estos Soletes con solera son el homenaje que el equipo de los Soletes Repsol ha querido dar para todos los apasionados que siguen apostando por lo auténtico para no perder una cultura que en España presumimos con mucho orgullo (aunque a veces nos olvidemos un poco de ella). Es la cultura de la barra, de la cocina a fuego lento, de los platos que salen del libro o libreta de la abuela, recetas que no se miden en gramos, más bien en puñados o en cucharillas, algo que nos retrotrae más a esos sabores que saben a casa.