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Cómo elaborar un menú sin gluten en tu restaurante

Adaptar tu restaurante a clientes celíacos es clave: incluye menús sin gluten seguros, evita contaminaciones y forma a tu equipo.

3 minutos

25/4/25

En los últimos años, la celiaquía ha pasado de ser una condición poco conocida a ocupar un lugar prioritario en el mundo de la alimentación y la restauración. Este trastorno autoinmune, que impide a quienes lo padecen consumir gluten afecta actualmente a cerca del 1% de la población mundial, aunque se estima que muchos casos no están diagnosticados. Este crecimiento en la visibilidad y diagnóstico de la celiaquía ha obligado a los restaurantes a replantearse su oferta gastronómica para no excluir a este tipo de clientes.

Ya no se trata únicamente de ofrecer un "plato sin gluten" como opción secundaria, sino de comprender y asumir el compromiso que conlleva alimentar de forma segura a una persona celíaca. La fidelización de este tipo de cliente puede ser muy poderosa: cuando un comensal celíaco encuentra un restaurante donde se siente cuidado y seguro, es muy probable que regrese con frecuencia, además de recomendarlo a otras personas.

Cómo adaptar el menú para celíacos

El primer paso imprescindible para elaborar un menú sin gluten en tu restaurante es identificar y eliminar todos aquellos ingredientes que contengan esta proteína. Los principales cereales prohibidos son:

  • Trigo
  • Espelta
  • Cebada
  • Centeno
  • Avena (salvo que esté certificada sin gluten)

Asimismo, deben evitarse todos los derivados de estos ingredientes, como el pan, la pasta tradicional, las salsas espesadas con harina, productos de repostería, bollería industrial, cerveza convencional, entre otros.

La base del menú sin gluten debe apoyarse en alimentos naturalmente libres de gluten: carnes frescas, pescados, huevos, leche, frutas, verduras, legumbres, arroz, maíz y pseudocereales como el amaranto, el teff o la quinoa. Aun así, incluso estos alimentos deben manipularse con extrema precaución, ya que la contaminación cruzada es uno de los principales peligros para las personas celíacas.

Buenas prácticas en cocina: evitar la contaminación cruzada

Uno de los mayores retos para los restaurantes que desean atender a clientes celíacos es garantizar que no se produzca contaminación cruzada. Esto ocurre cuando un alimento que no contiene gluten entra en contacto, directa o indirectamente, con otro que sí lo contiene. Por tanto, es fundamental:

  • Utilizar utensilios, tablas de cortar, sartenes y recipientes exclusivos para la preparación de platos sin gluten.
  • Limpiar minuciosamente todas las superficies antes de manipular alimentos para celíacos.
  • Establecer zonas diferenciadas en la cocina, siempre que sea posible, o preparar estos platos en momentos del día con menor actividad.
  • Asegurarse de que todo el personal esté formado en protocolos de manipulación sin gluten.

Formación y comunicación: claves del éxito

No basta con ofrecer platos sin gluten; es necesario que el personal del restaurante esté capacitado para hablar con seguridad sobre ellos. Una carta clara, con indicaciones específicas sobre qué platos son aptos para celíacos y qué ingredientes se utilizan, genera confianza. Incluir símbolos de certificación, explicar la trazabilidad de los ingredientes y tener una respuesta adecuada ante preguntas del cliente marca la diferencia.

Además, trabajar con proveedores que garanticen productos sin gluten certificados es esencial para minimizar riesgos y brindar una experiencia realmente segura.

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La gastronomía española rinde homenaje a una de sus tapas más icónicas: la croqueta. En el Día Internacional de la Croqueta, que se celebra cada 16 de enero, esta delicia recibe toda la atención que merece. Aprovechando la ocasión, nos hemos dado a la difícil tarea de crear esta guía para descubrir dónde comer las mejores croquetas en España.

Hablar de croquetas es adentrarse en un mundo de creatividad infinita. Desde las clásicas de jamón hasta las más atrevidas de bacalao, rabo de toro o queso azul, cada una tiene su propio carácter. Y si nos fijamos en el rebozado, encontramos opciones para todos los gustos: desde el tradicional pan rallado hasta versiones innovadoras con panko o maíz tostado. 

Sin embargo, todas comparten algo en común: una bechamel perfectamente cocinada, sin grumos y con el punto exacto de melosidad, acompañada de una fritura que logre ese crujido característico que da sentido a su nombre, derivado del verbo francés croquer.

Croquetas Michelin

El bocado delicioso de un plato tradicional, elevado a la categoría de alta gastronomía, es lo que ofrecen los restaurantes más destacados de la guía Michelin. En sus propuestas, las croquetas dejan de ser una simple tapa para convertirse en una experiencia culinaria inolvidable.

¿Los más sonados? En Asturias, nombres como Casa Marcial (3 estrellas) y Casa Gerardo (1 estrella) se encuentran a la vanguardia. En El Corral del Indianu (1 estrella) y Regueiro (Tox), sus croquetas también se han ganado un lugar privilegiado en el panorama gastronómico nacional. La delicadeza de sus elaboraciones y la calidad de sus ingredientes hacen que cada bocado sea pura magia.

En otras partes de España, destacan las croquetas de jamón ibérico en Solana (1 estrella) y las de Trivio en Cuenca, donde la chacina estrella se convierte en arte. Para quienes buscan originalidad, las croquetas de tres carnes en Tatau Bistro (1 estrella) o las de pollo asado en Canalla Bistro (Valencia) son opciones imprescindibles. También merece una mención especial la versión de cocido de la abuela Manuela que se sirve en Tapas 3.0 (Salamanca), una auténtica oda a la tradición familiar, destaca la Guía Michelin.

Barcelona no se queda atrás. Lugares como Freixa Tradició y Vivanda (ambos reconocidos con un Bib Gourmand), junto con Mont Bar y Bardeni-Caldeni, presentan croquetas irresistibles, con propuestas donde la carne toma un protagonismo especial.

Por último, no podemos olvidar las emblemáticas croquetas de Echaurren (La Rioja), elaboradas siguiendo la receta de Marisa Sánchez, Premio Nacional de Gastronomía en 1987 y madre del chef dos estrellas Michelin, Francis Paniego. Estas croquetas han trascendido fronteras y son consideradas un icono en la alta cocina española.

Croqueta del Echaurren. Cortesía Guía Michelin.

Las de jamón

Si hay una croqueta que conquista paladares de norte a sur, es la de jamón. Su popularidad es indiscutible, tanto entre los comensales como en los concursos culinarios que buscan coronar a la mejor de España.

En Toledo, Iván Cerdeño ha marcado un antes y un después en la elaboración de croquetas. Su influencia es tal que varios de los ganadores recientes del Campeonato de Croquetas de Jamón son discípulos suyos. No lejos de ahí, las croquetas de jamón ibérico de José Manuel Gallego, también en Toledo, destacan por su calidad y ejecución, al punto de ser consideradas dignas de concurso. Cañitas Maite, otro representante toledano, se lleva el prestigioso título de Mejor Croqueta de Jamón Joselito en el concurso de Madrid Fusión 2021.

Más al sur, en Albacete, Ababol brilló con su croqueta elaborada con Jamón 5Jotas, conquistando el título de Mejor Croqueta de España en 2023.

En Asturias, las croquetas de jamón de Casa Belarmino han mantenido su fama a lo largo de los años. Finalistas en Madrid Fusión 2020, son un ejemplo de tradición y excelencia que sigue enamorando a quienes las prueban.

El restaurante Quinqué de Madrid se alzó como campeón de la Mejor Croqueta de Jamón de España en 2024. Entre los finalistas de ese año están el restaurante Pandora (Avilés), Flama (Valencia), La Barra de la Tasquería (Madrid), Santabar (Alicante), Jardín de los Duques (Madrid) y Jorge Lozano del restaurante Portal del Lino (Salamanca). Cada uno de ellos destaca por esta icónica tapa.

El norte destaca con las mejores croquetas

Cuando se trata de croquetas, el norte de España se posiciona como una auténtica cuna de excelencia. En Asturias y Burgos, los chefs han logrado crear versiones únicas que combinan tradición, innovación y una técnica impecable, elevando esta tapa a niveles inigualables.

En Oviedo, Pedro Martino, del restaurante Naguar, ha ganado reconocimiento por sus croquetas excepcionales. En Regueiro (Asturias), las croquetas han alcanzado el estatus de leyenda y han obtenido el premio a la Mejor Croqueta del Mundo en 2015, un reconocimiento que reafirma la maestría de su cocina. Otro imprescindible asturiano es Casa Gerardo, cuyas croquetas de compango de fabada se han convertido en una referencia indiscutible.

En Burgos, Cobo Estratos sorprende con su ‘Croqueta de leche fresca de vaca e ibérico’. Este restaurante combina la pureza de la leche local con la intensidad del jamón ibérico, logrando un equilibrio sublime que convierte cada bocado en una experiencia inolvidable.

Las croquetas de Madrid

Madrid, con su vibrante escena gastronómica, se posiciona como uno de los epicentros de las mejores croquetas de España. La capital ofrece desde las más tradicionales hasta las creaciones más innovadoras, conquistando a locales y turistas por igual.

El restaurante Tres por Cuatro ha destacado como finalista en el campeonato a la Mejor Croqueta de Jamón 2024, consolidándose como un referente en la escena croquetera madrileña. Otra de las grandes favoritas son las croquetas de Arzábal, cuya receta incorpora leche de oveja para intensificar su sabor.

En el barrio de Tetuán, Viavélez, una taberna de esencia asturiana dirigida por Paco Ron, deleita con dos variedades excepcionales: jamón y gambas. Por su parte, El Quinto Vino, una taberna castiza de renombre, sorprende con sus emblemáticas “croquetas de Esperanza”, elaboradas con jamón serrano y conocidas por su tamaño generoso y sabor tradicional.

Para los amantes de la creatividad, La Gastroteca de Chema es una parada obligatoria. Este restaurante, dirigido por Chema Soler, reinventa la croqueta con combinaciones únicas como tex mex de pollo, guacamole y jalapeños, pato con foie, o incluso croquetas líquidas de queso con confitura de tomate y olivas negras. Su carta es un paraíso para los croqueteros más atrevidos.

Entre los imprescindibles de Madrid también destacan las propuestas de La Tasquita de Enfrente, Cañadío, y BiBo Madrid, donde el chef Dani García mantiene la esencia de sus recetas originales, con opciones como jamón con polvo seco de tomate o chipirones en su tinta.

El restaurante Santerra también merece mención especial, cuyas croquetas de jamón ibérico se han alzado como las Mejores Croquetas del Mundo en Madrid Fusión 2018. Y si lo que buscas es historia y autenticidad, la taberna Casa Julio no decepciona. Su carta incluye opciones únicas como espinacas con pasas y gorgonzola, morcilla con membrillo, setas con puerros, queso azul, y muchas más.

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