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Restaurantes pop up: qué son y por qué debemos prestarles atención

Los restaurantes pop up fusionan sorpresa, innovación y alta cocina en formatos temporales que marcan tendencia en todo el mundo.

3 minutos

11/4/25

En los últimos años, los restaurantes pop up han revolucionado el panorama gastronómico con creativas. Se trata de conceptos de restauración temporales, muchas veces itinerantes, que aparecen en lugares inesperados y por tiempo limitado: desde azoteas y jardines hasta galerías de arte o bodegas industriales. 

Esta fórmula ha conquistado a chefs, emprendedores y foodies, ya que permite experimentar con nuevas ideas sin la rigidez de un local tradicional, generando experiencias únicas y exclusivas que atraen tanto a la prensa como a los comensales más curiosos.

Más allá del factor sorpresa, los pop ups representan una oportunidad estratégica para testear menús, conceptos de marca o ubicaciones antes de invertir en una operación a largo plazo. También se han convertido en una poderosa herramienta de marketing y posicionamiento, al generar expectativa y escasez, dos ingredientes que estimulan la demanda de forma natural. Pero, ¿qué hay detrás del éxito de estos formatos? ¿Por qué el sector debe prestarles cada vez más atención? Veamos algunos puntos clave.

¿Qué es un restaurante pop up?

Un restaurante pop up es una propuesta gastronómica temporal que opera durante un periodo limitado de tiempo y, en muchos casos, en lugares no convencionales. Su esencia radica en lo inesperado: puede aparecer en una antigua fábrica, en la playa, en el patio de una casa particular o como parte de un festival gastronómico. Algunos duran solo una noche, otros semanas o meses, pero todos comparten un mismo espíritu: ofrecer una experiencia gastronómica irrepetible.

Este tipo de formato permite a los cocineros jugar con mayor libertad creativa, ya que no están sujetos a la infraestructura ni a los compromisos permanentes de un restaurante tradicional. Además, al funcionar con reservas anticipadas o cupos limitados, generan una sensación de exclusividad que eleva el valor percibido de la experiencia.

Una plataforma de innovación culinaria

Los restaurantes pop up ofrecen libertad creativa tanto a chefs consolidados como a talentos emergentes. Al no estar atados a un menú fijo ni a una clientela habitual, estos espacios permiten explorar nuevas técnicas, ingredientes y propuestas conceptuales. Son, en esencia, laboratorios gastronómicos abiertos al público, donde la innovación es la norma.

¿Conocías estos restaurantes pop up?

España ha sido terreno fértil para este tipo de propuestas. En Barcelona, "Windsor Garden Pop Up" transformó los jardines de un elegante palacete en un restaurante temporal de cocina mediterránea de autor. En Madrid, "Gastro Hidden" se convirtió en un fenómeno al ofrecer cenas secretas en ubicaciones que solo se revelaban a los asistentes una hora antes del evento. También destaca "The Table by", un proyecto itinerante que invitaba a chefs de distintos puntos de España a trasladar su restaurante a Madrid durante un mes.

A nivel internacional, los referentes abundan. En Londres, "The Cube by Electrolux" se alzó sobre el techo del Royal Festival Hall y ofrecía menús de chefs con estrellas Michelin en un espacio futurista con vistas al Támesis. En Nueva York, el concepto "Dîner en Blanc" reúne a miles de comensales vestidos de blanco en lugares públicos secretos para una cena al aire libre de estilo pop up. Y en Australia, el restaurante flotante "The Floating Sea" llevó la experiencia culinaria a aguas abiertas con una estructura móvil que recorría la costa.

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La gastronomía española rinde homenaje a una de sus tapas más icónicas: la croqueta. En el Día Internacional de la Croqueta, que se celebra cada 16 de enero, esta delicia recibe toda la atención que merece. Aprovechando la ocasión, nos hemos dado a la difícil tarea de crear esta guía para descubrir dónde comer las mejores croquetas en España.

Hablar de croquetas es adentrarse en un mundo de creatividad infinita. Desde las clásicas de jamón hasta las más atrevidas de bacalao, rabo de toro o queso azul, cada una tiene su propio carácter. Y si nos fijamos en el rebozado, encontramos opciones para todos los gustos: desde el tradicional pan rallado hasta versiones innovadoras con panko o maíz tostado. 

Sin embargo, todas comparten algo en común: una bechamel perfectamente cocinada, sin grumos y con el punto exacto de melosidad, acompañada de una fritura que logre ese crujido característico que da sentido a su nombre, derivado del verbo francés croquer.

Croquetas Michelin

El bocado delicioso de un plato tradicional, elevado a la categoría de alta gastronomía, es lo que ofrecen los restaurantes más destacados de la guía Michelin. En sus propuestas, las croquetas dejan de ser una simple tapa para convertirse en una experiencia culinaria inolvidable.

¿Los más sonados? En Asturias, nombres como Casa Marcial (3 estrellas) y Casa Gerardo (1 estrella) se encuentran a la vanguardia. En El Corral del Indianu (1 estrella) y Regueiro (Tox), sus croquetas también se han ganado un lugar privilegiado en el panorama gastronómico nacional. La delicadeza de sus elaboraciones y la calidad de sus ingredientes hacen que cada bocado sea pura magia.

En otras partes de España, destacan las croquetas de jamón ibérico en Solana (1 estrella) y las de Trivio en Cuenca, donde la chacina estrella se convierte en arte. Para quienes buscan originalidad, las croquetas de tres carnes en Tatau Bistro (1 estrella) o las de pollo asado en Canalla Bistro (Valencia) son opciones imprescindibles. También merece una mención especial la versión de cocido de la abuela Manuela que se sirve en Tapas 3.0 (Salamanca), una auténtica oda a la tradición familiar, destaca la Guía Michelin.

Barcelona no se queda atrás. Lugares como Freixa Tradició y Vivanda (ambos reconocidos con un Bib Gourmand), junto con Mont Bar y Bardeni-Caldeni, presentan croquetas irresistibles, con propuestas donde la carne toma un protagonismo especial.

Por último, no podemos olvidar las emblemáticas croquetas de Echaurren (La Rioja), elaboradas siguiendo la receta de Marisa Sánchez, Premio Nacional de Gastronomía en 1987 y madre del chef dos estrellas Michelin, Francis Paniego. Estas croquetas han trascendido fronteras y son consideradas un icono en la alta cocina española.

Croqueta del Echaurren. Cortesía Guía Michelin.

Las de jamón

Si hay una croqueta que conquista paladares de norte a sur, es la de jamón. Su popularidad es indiscutible, tanto entre los comensales como en los concursos culinarios que buscan coronar a la mejor de España.

En Toledo, Iván Cerdeño ha marcado un antes y un después en la elaboración de croquetas. Su influencia es tal que varios de los ganadores recientes del Campeonato de Croquetas de Jamón son discípulos suyos. No lejos de ahí, las croquetas de jamón ibérico de José Manuel Gallego, también en Toledo, destacan por su calidad y ejecución, al punto de ser consideradas dignas de concurso. Cañitas Maite, otro representante toledano, se lleva el prestigioso título de Mejor Croqueta de Jamón Joselito en el concurso de Madrid Fusión 2021.

Más al sur, en Albacete, Ababol brilló con su croqueta elaborada con Jamón 5Jotas, conquistando el título de Mejor Croqueta de España en 2023.

En Asturias, las croquetas de jamón de Casa Belarmino han mantenido su fama a lo largo de los años. Finalistas en Madrid Fusión 2020, son un ejemplo de tradición y excelencia que sigue enamorando a quienes las prueban.

El restaurante Quinqué de Madrid se alzó como campeón de la Mejor Croqueta de Jamón de España en 2024. Entre los finalistas de ese año están el restaurante Pandora (Avilés), Flama (Valencia), La Barra de la Tasquería (Madrid), Santabar (Alicante), Jardín de los Duques (Madrid) y Jorge Lozano del restaurante Portal del Lino (Salamanca). Cada uno de ellos destaca por esta icónica tapa.

El norte destaca con las mejores croquetas

Cuando se trata de croquetas, el norte de España se posiciona como una auténtica cuna de excelencia. En Asturias y Burgos, los chefs han logrado crear versiones únicas que combinan tradición, innovación y una técnica impecable, elevando esta tapa a niveles inigualables.

En Oviedo, Pedro Martino, del restaurante Naguar, ha ganado reconocimiento por sus croquetas excepcionales. En Regueiro (Asturias), las croquetas han alcanzado el estatus de leyenda y han obtenido el premio a la Mejor Croqueta del Mundo en 2015, un reconocimiento que reafirma la maestría de su cocina. Otro imprescindible asturiano es Casa Gerardo, cuyas croquetas de compango de fabada se han convertido en una referencia indiscutible.

En Burgos, Cobo Estratos sorprende con su ‘Croqueta de leche fresca de vaca e ibérico’. Este restaurante combina la pureza de la leche local con la intensidad del jamón ibérico, logrando un equilibrio sublime que convierte cada bocado en una experiencia inolvidable.

Las croquetas de Madrid

Madrid, con su vibrante escena gastronómica, se posiciona como uno de los epicentros de las mejores croquetas de España. La capital ofrece desde las más tradicionales hasta las creaciones más innovadoras, conquistando a locales y turistas por igual.

El restaurante Tres por Cuatro ha destacado como finalista en el campeonato a la Mejor Croqueta de Jamón 2024, consolidándose como un referente en la escena croquetera madrileña. Otra de las grandes favoritas son las croquetas de Arzábal, cuya receta incorpora leche de oveja para intensificar su sabor.

En el barrio de Tetuán, Viavélez, una taberna de esencia asturiana dirigida por Paco Ron, deleita con dos variedades excepcionales: jamón y gambas. Por su parte, El Quinto Vino, una taberna castiza de renombre, sorprende con sus emblemáticas “croquetas de Esperanza”, elaboradas con jamón serrano y conocidas por su tamaño generoso y sabor tradicional.

Para los amantes de la creatividad, La Gastroteca de Chema es una parada obligatoria. Este restaurante, dirigido por Chema Soler, reinventa la croqueta con combinaciones únicas como tex mex de pollo, guacamole y jalapeños, pato con foie, o incluso croquetas líquidas de queso con confitura de tomate y olivas negras. Su carta es un paraíso para los croqueteros más atrevidos.

Entre los imprescindibles de Madrid también destacan las propuestas de La Tasquita de Enfrente, Cañadío, y BiBo Madrid, donde el chef Dani García mantiene la esencia de sus recetas originales, con opciones como jamón con polvo seco de tomate o chipirones en su tinta.

El restaurante Santerra también merece mención especial, cuyas croquetas de jamón ibérico se han alzado como las Mejores Croquetas del Mundo en Madrid Fusión 2018. Y si lo que buscas es historia y autenticidad, la taberna Casa Julio no decepciona. Su carta incluye opciones únicas como espinacas con pasas y gorgonzola, morcilla con membrillo, setas con puerros, queso azul, y muchas más.

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