El neuromarketing puede ser una herramienta muy útil para tu restaurante, os explicamos cómo puedes aplicarlo en tu negocio para mejorar la experiencia en tu local.
Neuromarketing aplicado en restaurantes
¡Hola! Volvemos a hablar de marketing para restaurantes, pero esta vez nos enfocamos en una variante del marketing muy interesante, el neuromarketing y cómo puede ayudar a mejorar vuestros resultados. ¿Y qué es el neuromarketing? Vendría a ser la bruja vidente del marketing, pero con un poco más de ciencia detrás y menos maldiciones, conjuros y polvo de hadas, así que sí, un poco más aburrido. ¡Vamos allá!
Empecemos por el principio, el neuromarketing es una variante del marketing que se dedica a analizar la conducta de los consumidores. De este modo, podemos entender qué estímulos afectan a la toma de decisiones de los clientes y conseguir adaptar nuestro producto para que sea lo más atractivo posible para nuestro público.
Y ahora, hablemos del maravilloso mundo de los restaurantes. ¿Cómo podemos incorporar el neuromarketing dentro de los restaurantes? Podemos encontrar aplicaciones de esta técnica en muchísimos ámbitos en el mundo de la hostelería, desde la elección del nombre y presentación de los platos en el menú, los colores y decoración del restaurante, la música de ambiente etc.
Siendo un tema tan amplio vamos a dividirlo en varios blogs donde hablaremos de las diferentes aplicaciones del neuromarketing en restaurantes. Hoy empezamos con los 5 sentidos en el neuromarketing. Deberéis siempre tener en cuenta que el neuromarketing es una fuente de información muy valiosa, pero lo más importante será saber aplicar esta información en base al tipo de restaurante y clientes que tenga cada uno. Dicho esto, empecemos.
Siendo reduccionista, podríamos decir que somos juzgadores por naturaleza y esto nos hace crear expectativas en base a qué nos ha transmitido el primer vistazo de nuestro plato. Si vemos un plato que no nos parece apetecible, a la hora de probarlo, nuestro paladar se verá directamente afectado por una percepción negativa de la comida y nos sabrá peor. Del mismo modo, si se nos presenta un plato apetecible y con alimentos que sugieren gran calidad, aunque realmente puede no ser tan sabroso, nuestro inconsciente realzará los sabores.
Aunque pueda parecer lógico, no lo es tanto, el restaurante deberá estar al tanto tanto en la elección de la materia prima como en la presentación de los platos para que desde el primer vistazo las expectativas sean positivas.
La presentación visual de los platos no solo nos servirá para mejorar el sabor percibido de los clientes, también reforzará la identidad de vuestro restaurante.
Esto es muy fácil de entender, si queremos que nuestro restaurante sea percibido como un lugar de alta cocina, moderno o vanguardista el emplatado debe ser estético y cuidado para realzar la imagen de exclusividad y atención al detalle.
Si por otro lado queremos generar una sensación de tradición, comida casera y hogareña presentaremos nuestro producto de un modo totalmente diferente. Esto para nada significa que debamos descuidar la estética, simplemente la presentación se enfocará más en vajillas clásicas, dando más protagonismo al producto y a rodearlo de un aroma de hogar.
En resumen, la primera impresión de un plato es fundamental para saber cómo responderá el cliente a la hora de la cata, es por ello que debemos cuidar mucho esta parte. Elegir nuestra identidad y aplicarla al plato nos ayudará a que los clientes sientan que han elegido correctamente el restaurante y que su experiencia sea mucho más satisfactoria.
Os pongo un ejemplo, ¿Sabéis cuando vamos por la calle y pasamos al lado del extractor de una panadería y todo se rodea con un aroma a mantequilla y pan recién horneado? Bueno, esto no es casualidad. Muchos de estos negocios aprovechan el potencial de su aroma natural para atraer a sus clientes antes incluso de que entren a sus locales.
Como restaurantes podréis elegir qué identidad olfativa deseáis que vuestro restaurante tenga. Podréis enfocar el potencial olfativo en vuestra comida y las fragancias que desprende para atraer la atención de los clientes, pero esto puede resultar molesto para algunos clientes que no les gusta comer en un ambiente cargado de aromas. Como decíamos, este tipo de estrategia suele ser elegida por panaderías, pizzerías, kebabs, hamburgueserías y lugares de comida rápida donde la estancia no se prolonga más de unos minutos. Donde el impulso por la elección puede ayudar mucho a la atracción de clientes.
Sin embargo, si deseáis crear un ambiente más relajado en el que los clientes puedan disfrutar de una sobremesa la recomendación es crear un entorno libre de olores intensos que puedan sobrecargar a los clientes y optar por aquellos que crean un entorno más acogedor como podrían ser las esencias cítricas como limón, hierbabuena o té verde.
Como curiosidad olfativa, existen cientos de fragancias artificiales creadas para potenciar el consumo de productos a través de la memoria olfativa, de hecho, en muchos lugares de comida rápida podremos encontrar una fragancia llamada RTX9338PIS que nos recordará al olor de una hamburguesa con bacon recién hecha.
Nos encontramos con uno de los sentidos más complicados de usar en un restaurante ya que no existen muchos elementos que se puedan modificar para potenciar este sentido. Pero no nos pongamos barreras aún, veamos qué podemos hacer para sacar agua del desierto.
Realizando una pequeña investigación hemos podido encontrar informes asegurando que comer con las manos potenciará el sabor de los alimentos y nos conectará más con los ingredientes, siendo sinceros no podemos darle mucha veracidad a estos artículos por una evidente falta de pruebas, así que hemos decidido verlo desde otro punto de vista.
Lo cierto es que en la novedad puede residir el éxito, y parece ser que comer con las manos ha pasado a ser sólo para restaurantes de comida rápida y no tiene por qué ser así. Comer con las manos es un impulso natural y primitivo casi unido a nuestra infancia donde todo pasaba por nuestras manos antes de tocar nuestro paladar.
Cuando esta experiencia de consumo se ha alejado tanto de algunos restaurantes, puede ser un elemento diferencial entre tú y la competencia. Podremos crear una historia alrededor del menú con un simple cambio de consumo para ciertos platos y conseguir llamar la atención del público. Aunque pueda llegar a ser difícil, si tenemos en cuenta la gran competitividad que encontramos en la hostelería moderna, ofrecer una experiencia diferente en nuestro restaurante puede llevarnos a multiplicar las visitas.
Como ejemplo de esta metodología podemos encontrar a “Dans le Noir ?” en Madrid, un exitoso restaurante en el que los comensales disfrutarán del menú en un salón totalmente a oscuras en el que el tacto y el paladar toman todo el protagonismo.
Cada restaurante tiene una personalidad, una identidad única que es creada con todos los elementos que conforman la experiencia de consumo de los comensales. (Podéis encontrar nuestra guía gratuita sobre identidad de restaurantes aquí).
Dominar esta personalidad y saber aplicarla dentro de nuestro restaurante será clave para que nuestros clientes potenciales quieran acudir y que su experiencia sea lo más satisfactoria posible. Todo esto dependerá de cómo construyamos el entorno y el ambiente alrededor de nuestro menú.
En próximos blogs hablaremos de decoración, iluminación, colores etc. pero hoy estamos hablando de el oído y su importancia en la creación de un ambiente. En primer lugar, debemos entender qué tipo de restaurante somos, quienes son nuestros clientes y sobre todo, con qué intención llegan.
Es de lógica entender que si nuestro local se dedica a ofrecer comidas en un ambiente acogedor, familiar y hogareño, la música que debe acompañar a este ambiente deberá ser del mismo estilo pudiendo optar por jazz ambiental, instrumentales calmadas y evitar canciones con vocales ya que puede molestar en las conversaciones de nuestros comensales. El volumen deberá mantenerse a un nivel bajo ya que no debe tomar protagonismo en el local.
Por otro lado si regentas un restaurante de comida rápida o de alta rotación de mesas sí podemos optar por un tipo de música más animada, con más ritmos y a un volumen más alto. Igualmente, la elección del tipo de música irá estrechamente relacionada con la personalidad del negocio.
Por último, siempre destacar que la ausencia de música también es una opción muy válida. De hecho, muchos restaurantes deciden que los ruidos y sonidos de la propia cocina formen la banda sonora de su restaurante. Y esta elección nos encanta, dar protagonismo a la cocina y a los chefs con sus mágicos sonidos de frituras, caldos hirviendo, cazuelas y platos puede ser maravilloso, pero claro, esto dependerá mucho de quién sean tus clientes y si les gusta un entorno más caótico y eufórico.
En resumen, lo más importante para crear un entorno en el que nuestros comensales se sientan cómodos es conocerlos y saber qué les gusta. Igual de importante es conocernos a nosotros mismos y saber a quién queremos llegar. Teniendo muy claro estos factores, la creación de este ambiente llegará solo.
¿De verdad hace falta que hablemos de este sentido? Pensaba que lo daríamos por sentado, pero bueno, ahí van nuestras ideas sobre el rey de los sentidos en la gastronomía.
Sinceramente, de poco importa que nos esforcemos en el resto de sentidos si a la hora de presentar un plato, el sabor deja mucho que desear ya que la opinión de los clientes no será misericordiosa. Es por eso que como restaurante siempre deberemos cuidar el valor de la comida ya que al fin y al cabo, a lo que acuden nuestros comensales es a comer. Y sí, podremos decorarlo todo y crear un entorno idílico pero como se dice “Un buen postre no arregla una mala comida” del mismo modo que un maravilloso entorno no arregla una mala comida.
¿Queremos jugar con el sentido del gusto? Bueno, experimentar con los sabores siempre es algo recomendable, ofrecer nuevas experiencias, fusiones e ideas a tus clientes mantendrá la chispa de tu restaurante y rotar el contenido de tu carta hará que incluso clientes asiduos quieran seguir acudiendo a tu negocio para probar qué hay de nuevo.
Si os somos sinceros, creemos que el neuromarketing aplicado al sabor más exitoso que puedes aplicar como restaurante es que tu comida sea auténtica, personal y deliciosa.
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