Regalos irresistibles para foodies en Sant Jordi: libros, experiencias, sabores y planes para celebrar el amor…
¿Tienes un foodie en tu vida y no sabes qué regalar? Entonces prepárate, porque Sant Jordi no es solo para libros y rosas: también es el momento perfecto para regalar sabores, experiencias y un montón de amor en forma de cocina.
El 23 de abril se celebra a lo grande en Cataluña y más allá, y si tienes ganas de salirte de lo típico, este artículo es para ti. Tanto si quieres sorprender a esa persona especial fan por los fogones como si has decidido que te mereces un auto-homenaje gastronómico, sigue leyendo.
Olvídate por un momento de los clásicos. Sant Jordi es también el Día de los Enamorados catalán, y ¿qué mejor manera de enamorar que a través del paladar? Te traemos una selección de regalos con los que acertarás más que con un ramo de rosas y un best seller.
Si te parece que regalar un libro es demasiado clásico para Sant Jordi, espera a ojear uno de estos títulos... porque no fallarás con estos volúmenes.
Estos son algunos libros destacados del mundo gastronómico actual: Mare Mar (Marina Monsonís López), A foc lent (Arnau París), Les postres d’en Jordi Roca (Jordi Roca), KAO (Josep María Kao), Motel Empordà, elogi de l’amor estable (Xavier Febrés), Sofregit (Enric Herce), El petit llibre de les verdures (Nathalie Choux), Bar Alegría (Toni García Ramón i Tomás Abellán), 100 receptes a la catalana (Jaume Fàbrega), Origen de la vinya i el vi (Dani López i Lluís Tolosa), La nevera mig plena (Jordi Roca, Marc Roca i Martí Roca), Viatjant per cuines del món (Pierrette Chalendar y Nuria Giralt), Ramen: Fideos y otras recetas japonesas (Tove Nilsson), Menjar de conte (Arancha Perpiñán), Carmanyoles (Nuria Gispert), Cuinant les nostres emocions a foc lent (Varios autores), ¡Olé Vegan! (Mada Madariaga), Porca Miseria (Xesc Reina), Cuinem a 4 mans (Xesco Bueno), La nevera medio llena (Jordi Roca, Marc Roca y Martí Roca), Las recetas de World Central Kitchen (Varios autores / impulsado por José Andrés), Casero (Jesús Sánchez), Todo sobre los pintxos (Marti Buckley) y Portugal (Varios autores, entre ellos André Magalhães y Henrique Sá Pessoa).
¿Quién dijo que Sant Jordi solo se celebra con un libro bajo el brazo? Si quieres marcarte un regalo que deje huella (y buen sabor de boca), lo tuyo es la experiencia gastronómica. Y aquí las opciones van mucho más allá de lo típico.
Imagina una cata de vinos en un viñedo con vistas, una noche de coctelería donde tú mismo agitas la coctelera como un bartender de película, o un taller donde mezclas arte y gastronomía: pintar un cuadro con copa en mano, crear cerámica con vino ilimitado o participar en una “coffee party” con degustación de especialidades y repostería artesanal.
Y si quieres subir el nivel, ¿qué tal una cena maridaje en un restaurante de estrella Michelin? O una ruta de tapas por los barrios más sabrosos de Barcelona. También puedes regalar una sesión de cocina molecular, una cata de quesos con storytelling, o una jornada de “chef por un día” en una cocina profesional.
Sí, regalar una rosa está bien. Regalar un libro también. Pero si quieres ponerle un lacito extra a la tradición, lo tuyo es crear un pack que diga “me lo he currado” con todas las letras. Monta un kit gourmet con selección de quesos artesanos (sí, los que huelen fuerte y saben mejor), una botella de vino que sea puro terciopelo, y una caja de bombones que parezcan joyas comestibles.
Imagina abrir la puerta y encontrarte con un ramo, pero acompañado de un surtido de embutidos ibéricos o un set de chocolates belgas rellenos. Esa es la diferencia entre un regalo bonito y uno inolvidable. Es el tipo de detalle que convierte el sofá de casa en un rincón romántico, sin necesidad de reserva ni etiqueta. Brindar en pijama también cuenta como cita top.
¿Y si este año, en vez de regalar algo material, regalas un momento compartido? Los cursos de cocina en pareja son una idea brillante para los que disfrutan juntos entre cazuelas, cuchillos y algún que otro vino. Son planes de pocas horas, perfectos para una tarde de Sant Jordi, pero el recuerdo (y la receta) se queda para siempre.
Desde aprender a hacer sushi como un itamae de Tokio, hasta dominar los secretos de la pasta fresca o lanzarse al mundo del pan de masa madre, hay clases para todos los niveles y estilos. Muchos talleres incluso incluyen la cena al final, con velas, brindis y vuestra creación como protagonista. ¿Lo mejor? Puedes mancharte de harina, reírte como nunca y salir con una nueva habilidad que impresiona más que un ramo de flores.
Sant Jordi en Barcelona es una explosión de cultura, amor y ambientazo. Las calles del centro rebosan de puestos de libros, rosas, firmas de autores, música en vivo y sonrisas por todos lados. Así que el plan ideal es dejarse llevar por el ambiente... pero con reserva hecha, porque spoiler: está todo a petar.
Después de esa caminata por Paseo de Gracia o Las Ramblas, nada mejor que sentarse en una terracita con vistas, copa en mano, y disfrutar de una comida o cena especial. Ya sea en un bistró moderno, una taberna con historia o un restaurante escondido con cocina creativa, regalar una experiencia gastronómica en pleno centro le da a tu Sant Jordi un final redondo. Solo recuerda reservar con tiempo, o acabarás cenando un frankfurt en la esquina (y no es lo mismo, lo sabes).
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