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¿Es legal que un restaurante pida la tarjeta para reservar?

Los restaurantes piden una tarjeta de crédito para asegurar una reserva o incluso llegan a cobrar una cantidad por adelantado.

2 minutos

23/2/25

Cada vez es más común que los restaurantes soliciten una tarjeta de crédito como garantía al realizar una reserva. Esta práctica responde a un problema recurrente en el sector: las cancelaciones de última hora o los no-shows, lo que deja mesas vacías y ocasiona pérdidas económicas a los establecimientos. Para combatir esta situación, muchos negocios han optado por implementar medidas que aseguren su ocupación y reduzcan el impacto de las cancelaciones imprevistas.

Gracias a la digitalización y la aparición de plataformas de gestión de reservas, el proceso se ha agilizado y ha permitido que esta tendencia gane popularidad. Sin embargo, muchas personas aún se preguntan: ¿es legal que un restaurante exija una tarjeta como garantía o incluso cobre un importe por adelantado?. 

La respuesta es clara: sí, es completamente legal. De hecho, existen precedentes judiciales que han respaldado el derecho de los restaurantes a aplicar estas políticas, siempre y cuando se informe al cliente de manera transparente.

¿Es legal pedir un anticipo para hacer una reserva?

Sí, la Organización de Consumidores y Usuarios explica que es legal pedir por adelantado un importe en concepto de reserva, pero luego lo deben descontar del total de la factura, no puede ser nunca un suplemento.

Además, aclaran que si los clientes no se presentan en la fecha fijada, el restaurante está en su derecho de retener la cantidad abonada previamente. Esto puede suponer una pérdida económica considerable para los comensales, especialmente en establecimientos de alta gama. Aunque la legislación no se pronuncia expresamente sobre este punto, se entiende que el negocio debe poder justificar el daño económico sufrido por la ausencia del cliente.

¿Hasta cuándo puede el restaurante guardar los datos de una tarjeta? 

Los restaurantes solo pueden conservar los datos de la tarjeta hasta que la reserva ha sido utilizada o hasta que se haya aplicado el cargo correspondiente en caso de inasistencia. “Una vez que el cliente ha terminado su comida o se ha procesado el cobro por una reserva no atendida, no hay motivo para seguir almacenando esta información”, explica el abogado Agustinoy a La Vanguardia.

A diferencia de plataformas de comercio electrónico como Amazon, donde el usuario mantiene una relación continua con el servicio, los restaurantes no tienen justificación para guardar información financiera más allá de la gestión puntual de la reserva. De hecho, solo pueden recopilar los datos necesarios para la organización del servicio, como el número de teléfono o el correo electrónico, y siempre minimizando la retención de datos sensibles.

Por qué cada vez más restaurantes exigen una tarjeta para reservar

Muchos restaurantes han implementado esta medida debido a la alta tasa de cancelaciones y la falta de compromiso de algunos clientes. En ocasiones, hasta un 40% de las reservas no se presentan, dejando mesas vacías y generando pérdidas considerables para el establecimiento. Aunque algunos negocios de alta demanda dependen exclusivamente de reservas, para muchos otros, estas ausencias inesperadas pueden ser devastadoras.

Los datos también muestran que desde que se exige una tarjeta de crédito para reservar, las cancelaciones han disminuido significativamente. Los propietarios insisten en que su objetivo no es obtener beneficios a través de estas ausencias, sino garantizar la asistencia de los clientes y evitar desperdiciar mesas vacías.

Además, argumentan que en otros sectores, como hoteles o conciertos, las reservas fantasma son menos comunes, ya que los clientes entienden que perderán su dinero si no asisten. Esta política busca que los restaurantes reciban el mismo nivel de respeto y compromiso por parte del público.

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La gastronomía española rinde homenaje a una de sus tapas más icónicas: la croqueta. En el Día Internacional de la Croqueta, que se celebra cada 16 de enero, esta delicia recibe toda la atención que merece. Aprovechando la ocasión, nos hemos dado a la difícil tarea de crear esta guía para descubrir dónde comer las mejores croquetas en España.

Hablar de croquetas es adentrarse en un mundo de creatividad infinita. Desde las clásicas de jamón hasta las más atrevidas de bacalao, rabo de toro o queso azul, cada una tiene su propio carácter. Y si nos fijamos en el rebozado, encontramos opciones para todos los gustos: desde el tradicional pan rallado hasta versiones innovadoras con panko o maíz tostado. 

Sin embargo, todas comparten algo en común: una bechamel perfectamente cocinada, sin grumos y con el punto exacto de melosidad, acompañada de una fritura que logre ese crujido característico que da sentido a su nombre, derivado del verbo francés croquer.

Croquetas Michelin

El bocado delicioso de un plato tradicional, elevado a la categoría de alta gastronomía, es lo que ofrecen los restaurantes más destacados de la guía Michelin. En sus propuestas, las croquetas dejan de ser una simple tapa para convertirse en una experiencia culinaria inolvidable.

¿Los más sonados? En Asturias, nombres como Casa Marcial (3 estrellas) y Casa Gerardo (1 estrella) se encuentran a la vanguardia. En El Corral del Indianu (1 estrella) y Regueiro (Tox), sus croquetas también se han ganado un lugar privilegiado en el panorama gastronómico nacional. La delicadeza de sus elaboraciones y la calidad de sus ingredientes hacen que cada bocado sea pura magia.

En otras partes de España, destacan las croquetas de jamón ibérico en Solana (1 estrella) y las de Trivio en Cuenca, donde la chacina estrella se convierte en arte. Para quienes buscan originalidad, las croquetas de tres carnes en Tatau Bistro (1 estrella) o las de pollo asado en Canalla Bistro (Valencia) son opciones imprescindibles. También merece una mención especial la versión de cocido de la abuela Manuela que se sirve en Tapas 3.0 (Salamanca), una auténtica oda a la tradición familiar, destaca la Guía Michelin.

Barcelona no se queda atrás. Lugares como Freixa Tradició y Vivanda (ambos reconocidos con un Bib Gourmand), junto con Mont Bar y Bardeni-Caldeni, presentan croquetas irresistibles, con propuestas donde la carne toma un protagonismo especial.

Por último, no podemos olvidar las emblemáticas croquetas de Echaurren (La Rioja), elaboradas siguiendo la receta de Marisa Sánchez, Premio Nacional de Gastronomía en 1987 y madre del chef dos estrellas Michelin, Francis Paniego. Estas croquetas han trascendido fronteras y son consideradas un icono en la alta cocina española.

Croqueta del Echaurren. Cortesía Guía Michelin.

Las de jamón

Si hay una croqueta que conquista paladares de norte a sur, es la de jamón. Su popularidad es indiscutible, tanto entre los comensales como en los concursos culinarios que buscan coronar a la mejor de España.

En Toledo, Iván Cerdeño ha marcado un antes y un después en la elaboración de croquetas. Su influencia es tal que varios de los ganadores recientes del Campeonato de Croquetas de Jamón son discípulos suyos. No lejos de ahí, las croquetas de jamón ibérico de José Manuel Gallego, también en Toledo, destacan por su calidad y ejecución, al punto de ser consideradas dignas de concurso. Cañitas Maite, otro representante toledano, se lleva el prestigioso título de Mejor Croqueta de Jamón Joselito en el concurso de Madrid Fusión 2021.

Más al sur, en Albacete, Ababol brilló con su croqueta elaborada con Jamón 5Jotas, conquistando el título de Mejor Croqueta de España en 2023.

En Asturias, las croquetas de jamón de Casa Belarmino han mantenido su fama a lo largo de los años. Finalistas en Madrid Fusión 2020, son un ejemplo de tradición y excelencia que sigue enamorando a quienes las prueban.

El restaurante Quinqué de Madrid se alzó como campeón de la Mejor Croqueta de Jamón de España en 2024. Entre los finalistas de ese año están el restaurante Pandora (Avilés), Flama (Valencia), La Barra de la Tasquería (Madrid), Santabar (Alicante), Jardín de los Duques (Madrid) y Jorge Lozano del restaurante Portal del Lino (Salamanca). Cada uno de ellos destaca por esta icónica tapa.

El norte destaca con las mejores croquetas

Cuando se trata de croquetas, el norte de España se posiciona como una auténtica cuna de excelencia. En Asturias y Burgos, los chefs han logrado crear versiones únicas que combinan tradición, innovación y una técnica impecable, elevando esta tapa a niveles inigualables.

En Oviedo, Pedro Martino, del restaurante Naguar, ha ganado reconocimiento por sus croquetas excepcionales. En Regueiro (Asturias), las croquetas han alcanzado el estatus de leyenda y han obtenido el premio a la Mejor Croqueta del Mundo en 2015, un reconocimiento que reafirma la maestría de su cocina. Otro imprescindible asturiano es Casa Gerardo, cuyas croquetas de compango de fabada se han convertido en una referencia indiscutible.

En Burgos, Cobo Estratos sorprende con su ‘Croqueta de leche fresca de vaca e ibérico’. Este restaurante combina la pureza de la leche local con la intensidad del jamón ibérico, logrando un equilibrio sublime que convierte cada bocado en una experiencia inolvidable.

Las croquetas de Madrid

Madrid, con su vibrante escena gastronómica, se posiciona como uno de los epicentros de las mejores croquetas de España. La capital ofrece desde las más tradicionales hasta las creaciones más innovadoras, conquistando a locales y turistas por igual.

El restaurante Tres por Cuatro ha destacado como finalista en el campeonato a la Mejor Croqueta de Jamón 2024, consolidándose como un referente en la escena croquetera madrileña. Otra de las grandes favoritas son las croquetas de Arzábal, cuya receta incorpora leche de oveja para intensificar su sabor.

En el barrio de Tetuán, Viavélez, una taberna de esencia asturiana dirigida por Paco Ron, deleita con dos variedades excepcionales: jamón y gambas. Por su parte, El Quinto Vino, una taberna castiza de renombre, sorprende con sus emblemáticas “croquetas de Esperanza”, elaboradas con jamón serrano y conocidas por su tamaño generoso y sabor tradicional.

Para los amantes de la creatividad, La Gastroteca de Chema es una parada obligatoria. Este restaurante, dirigido por Chema Soler, reinventa la croqueta con combinaciones únicas como tex mex de pollo, guacamole y jalapeños, pato con foie, o incluso croquetas líquidas de queso con confitura de tomate y olivas negras. Su carta es un paraíso para los croqueteros más atrevidos.

Entre los imprescindibles de Madrid también destacan las propuestas de La Tasquita de Enfrente, Cañadío, y BiBo Madrid, donde el chef Dani García mantiene la esencia de sus recetas originales, con opciones como jamón con polvo seco de tomate o chipirones en su tinta.

El restaurante Santerra también merece mención especial, cuyas croquetas de jamón ibérico se han alzado como las Mejores Croquetas del Mundo en Madrid Fusión 2018. Y si lo que buscas es historia y autenticidad, la taberna Casa Julio no decepciona. Su carta incluye opciones únicas como espinacas con pasas y gorgonzola, morcilla con membrillo, setas con puerros, queso azul, y muchas más.

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