Los jóvenes, influenciados por bulos y tendencias virales, modifican su dieta sin diagnóstico médico. Para entender mejor este fenómeno, entrevistamos a las nutricionistas Alessandra Eminente y Malala del Sel, quienes analizan el impacto de la desinformación de las intolerancias alimentarias.
Con el auge de las plataformas digitales y el acceso instantáneo a contenido de todo tipo, los usuarios están expuestos a una avalancha de información y desinformación sobre hábitos alimenticios, algo que afecta negativamente a los jóvenes. Y es que, hemos sabido que existe una tendencia en la que los bulos sobre las intolerancias alimentarias tienen un gran impacto en los universitarios.
Según ha publicado La Vanguardia, investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), en el marco del proyecto europeo Erasmus+ Nutriwellb, han llevado a cabo un estudio piloto que ha puesto en evidencia la vulnerabilidad de los estudiantes universitarios de ciencias sociales frente a la desinformación nutricional.
Los resultados obtenidos han revelado que, el 50% de los jóvenes que confían en su capacidad para identificar noticias falsas en redes, asumen como verdadero contenido erróneo relacionado con productos lácteos e intolerancias alimentarias. Esto quiere decir que la mitad de los entrevistados cae en las fake news.
Cuando analizamos la etapa universitaria de un joven, nos encontramos en un momento crucial de transición hacia una vida adulta y, con ello, una independencia alimentaria. De modo que, resulta indispensable comprender cómo los bulos y la desinformación pueden afectar sus decisiones nutricionales.
Frente a esta problemática, hemos analizado qué motiva a los jóvenes a modificar sus dietas sin diagnóstico médico y qué consecuencias puede acarrear la influencia de estos mensajes.
Este medio ha entrevistado a varios estudiantes universitarios de entre 20 y 25 años para conocer más a profundidad sus hábitos e influencias alimentarias con el contenido de las redes sociales.
Algunos afirman no haber cambiado su dieta en base a información encontrada en redes sociales, otros han realizado modificaciones significativas sin diagnóstico médico. No obstante, un jóven sí ha afirmado haber eliminado las harinas y el gluten de su dieta, sin recomendación médica, para bajar de peso.
Por otra parte, otra de las entrevistadas ha dicho que al ver un vídeo en Tik Tok de “una chica que tenía granos y después de muchos tratamientos descubrió que era intolerante al gluten”, se llegó a cuestionar si tenía alguna intolerancia. Y, a raíz de esta duda, acude al médico a realizarse las pruebas pertinentes.
A pesar de que en algunos casos los jóvenes acuden al médico para verificar si realmente tienen alguna intolerancia, la mayoría toma estas decisiones sin asesoramiento profesional.
Además, es común que los jóvenes observen a su entorno adoptar hábitos alimenticios en base a tendencias virales. Aunque algunos aseguran no haberse visto influidos personalmente, reconocen que compañeros y amigos han cambiado su alimentación por influencia de las redes sociales. En particular, los estudiantes han notado que figuras públicas e influencers promueven la idea de que ciertos alimentos son dañinos, fomentando la eliminación de productos como los lácteos o el gluten sin justificación médica. Esta influencia puede ser peligrosa, ya que la eliminación de grupos alimentarios sin una evaluación profesional puede derivar en deficiencias nutricionales.
Las especialistas en nutrición Alessandra Eminente y Malala del Sel han coincidido en que la desinformación sobre intolerancias alimentarias ha crecido exponencialmente debido a las redes sociales.
Según Alessandra Eminente, dietista y nutricionista, “las redes sociales son un arma de doble filo”. La experta explica que, aunque estas plataformas pueden ser útiles para difundir información verificada, también se han convertido en un espacio donde proliferan los bulos y mitos nutricionales. “Por ello, es fundamental fomentar el pensamiento crítico y asegurarse de que la información provenga de fuentes fiables y cualificadas”, concluye.
Por su parte, Malala del Sel, nutricionista y consultora online, destaca que, en las charlas con sus pacientes confirma un aumento en la difusión de información falsa en redes sociales sobre intolerancias alimentarias. “El algoritmo me invade y me inunda de información, que claramente proviene de gente que no es profesional de la salud. Mucha información incorrecta, contradictoria y confusa”, añade la experta.
“Lo creo y lo veo. Hay cada vez más jóvenes enganchándose con las tendencias que marcan las redes, con el ayuno, con dietas de eliminación de cierto grupo de alimentos, creyendo que esa es la solución a su problema”, afirma Malala del Sel.
Ambas expertas explican que, algunos jóvenes toman decisiones alimentarias sin conocer los riesgos asociados. El hecho de eliminar alimentos como los lácteos o el gluten sin necesidad, puede llegar a ser dañinos para ellos. Por ello, “es clave asesorarse con profesionales antes de hacer cambios en la alimentación”, dice Alessandra.
“A las redes sube consejos el que quiere y como quiere..sin control...sin necesidad de tener un título habilitante. Claramente esto conlleva un riesgo”, expresa Malala del Sel. “¿Quién no ha probado alguna vez algún cambio en la alimentación para experimentar? Pero todo depende de hasta donde uno llegue...por eso siempre es mejor ir con esa idea a un profesional, que te asesore y te siga en la evolución”, añade.
En resumen, las expertas advierten que el contenido de las redes sociales puede influir en la percepción de la alimentación de los jóvenes, especialmente cuando se trata de dietas milagrosas o de restricciones basadas en testimonios subjetivos. En este sentido, señalan que la clave está en fomentar la educación nutricional desde edades tempranas.
“Es clave aprender a contrastar información para tomar buenas decisiones sobre la alimentación y entender que cada persona es diferente, con necesidades únicas. Lo que le sienta bien o mal a alguien más, no necesariamente tendrá el mismo efecto en nosotros. Las redes sociales siempre estarán ahí, pero la responsabilidad de informarnos y no caer en bulos es nuestra”, concluye Alessandra.
March 31, 2025
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