Entrevistas

El lado menos visible de emprender en restauración, ¿cómo se reinventa un empresario tras cerrar?

¿Qué impulsa a alguien a emprender en el sector de la restauración, incluso sabiendo los enormes retos que conlleva? Gustavo Vera, empresario y emprendedor, nos cuenta cómo ha enfrentado los desafíos de abrir su restaurante en Barcelona y la necesidad de reinventarse tras el cierre de su negocio.

4 minutos

30/11/24

Restaurante de sushi.

¿Por qué emprendemos? La idea de abrir un restaurante suele estar cargada de ilusión, pasión por la gastronomía y el sueño de ofrecer algo único en el mercado. Sin embargo, la realidad del sector en España puede ser implacable: una gran parte de los restaurantes cierran pocos años después de abrir. ¿Por qué sucede esto? La respuesta va más allá de las cifras. Hablamos de los desafíos de los empresarios como la gestión de recursos, la rentabilidad, la presión fiscal y, en los últimos años, los impactos de crisis globales como la pandemia de la Covid-19.

Para entender este fenómeno desde dentro, conversamos con Gustavo Vera, emprendedor experto en restauración, empresario y director en expansión de tspoonlab. Su ambición y visión lo ha llevado a expandirse y emprender en España, un mercado lleno de oportunidades, pero también de retos. Sin embargo, las dificultades propias del sector, sumadas a la pandemia, lo han llevado a cerrar su restaurante Orimaki Sushi y a tomar un nuevo rumbo.

¿Cómo ha enfrentado estos desafíos? ¿Qué aprendizajes ha sacado de esta experiencia? Y, lo más importante, ¿qué consejos ofrece a quienes desean emprender en el sector de la restauración? Aquí te contamos su historia y sus valiosas lecciones.

Un emprendedor en constante evolución

Gustavo Vera es un emprendedor con una trayectoria marcada por la innovación, la resiliencia y la capacidad de adaptación en el sector de la restauración. Nacido en Venezuela, donde ha dirigido tres restaurantes (de los cuales mantiene dos en funcionamiento), llega a Barcelona en 2017 con la meta de expandir su experiencia y adaptarse a un mercado altamente competitivo.

“Yo ya era emprendedor en Venezuela, pero el reto de emprender en Europa, con costos laborales más altos y dinámicas distintas, fue significativo,” explica Gustavo, quien da su primer gran paso en Barcelona: fundar una distribuidora de pescado. Un proyecto centrado en la distribución de materia prima a los restaurantes en pleno auge con menús de poke bowl y sushi.

Este proyecto lo había llevado a Mercabarna, el epicentro del comercio alimentario en Barcelona, donde no solo había gestionado la compra y distribución de mercancías, sino que también había identificado oportunidades en el emergente modelo de las dark kitchens. “A raíz de eso y buscar clientes, conocí a los creadores de las primeras cocinas a ciegas”.

De las ‘dark kitchens’ al delivery

En este entorno, Gustavo crea Orimaki Sushi, un concepto que introducía el ‘sushi venezolano’ al mercado español. “Comenzamos solo con delivery, contratando chefs especializados para mantener la autenticidad del producto", recuerda. Con el tiempo, se expanden a tres locales y sumaron opciones de take away.

Sin embargo, Vera era consciente de que la inversión de montar un negocio de comida y los gastos, eran mayores. De modo que, mantenía dos negocios en paralelo, “era más rentable tener la distribuidora de pescado que el restaurante, en un principio”.

“La pandemia nos dio muy duro. Fue el primer toque de tener una deuda grande y no poder devolver dinero a nuestros socios”

No cabe duda de que, “fuimos visionarios al ver el crecimiento que tenía el delivery en Estados Unidos y crear una marca que fuera solo de delivery. No tuvimos que hacer frente a muchos gastos como licencias, inversión, expansión. No teníamos que contratar personal de sala”. 

A partir de ese momento, y con el confinamiento, “la distribuidora de pescado quiebra, porque los restaurantes a los que vendíamos cerraron”. Pero, por otro lado, el modelo de negocio creado en Orimaki Sushi, había prosperado gracias a esa estrategia bien estructurada que se centraba exclusivamente en el delivery. “Habíamos diseñado una operación pensada para no depender de locales físicos ni personal de sala, lo que nos permitió crecer un 50% en ventas durante el confinamiento", señala Gustavo.

Sin embargo, el crecimiento trajo sus propios desafíos. “Aumentamos ventas, pero no éramos rentables. La demora en los pagos de plataformas como Glovo afectaba nuestro flujo de caja. Además, tardamos en tomar decisiones clave, algo que aprendí a no repetir”, confiesa.

Finalmente, se toma la decisión de cerrar y vender la marca, pero aun así, la operación no había alcanzado para cubrir la deuda acumulada. Este capítulo, lejos de ser el cierre de su carrera, fue el inicio de una nueva etapa marcada por el aprendizaje.

Aprendizajes y consejos para nuevos emprendedores

Para Gustavo, es difícil hablar de un tema de fracaso de un proyecto, porque al final, estos fracasos se traducen en éxito

Hoy en día, invertiría antes en alguien que ya ha fracasado que en alguien sin esa experiencia. Aprendí a estructurar proyectos sólidos, manejar inventarios y, sobre todo, entender la importancia del flujo de caja”

Entre los errores más comunes al abrir un restaurante, señala la falta de planificación a largo plazo y de un business plan claro: “Muchos emprendedores no visualizan hasta dónde quieren llegar o cómo hacer frente a imprevistos. Es vital tener reservas suficientes para resistir el primer año, que suele ser el más complicado.”

También enfatiza en la importancia como emprendedor en entender los problemas de los créditos en los que se meten. “Sacamos provechos de los créditos del gobierno, pero al final cuando tienes un modelo de negocio, si no da lo suficiente para devolver esos préstamos y en rentabilidad no es suficiente, comienzan los problemas.”

Consejo a los emprendedores: Invertir en negocios que sean escalables

Hoy, Gustavo dirige su mirada hacia la digitalización del sector. “En España hay una madurez significativa en el uso de tecnología para la restauración”. Desde el control de inventarios hasta la gestión de reservas. “Ahora hay un cambio hacia la digitalización, el gobierno invierte en esto por distintas razones, pero también por un crecimiento”, explica.

“Ahora sigo trabajando en el mundo de la restauración, pero enfocado en softwares para restaurantes. Hay herramientas que te ayudan a combatir ese ‘bicho’ de ser el dueño y  tener que estar todo el tiempo metido en el restaurante”

Para Gustavo, la tecnología ayuda a escalar el proyecto y mantener los estándares de control, producción, stock, elaboración, sanidad… “Tenemos clientes Estrella Michelin que abren en Dubái, ya tienen todo digitalizado y es mucho más fácil. El proceso de onboarding es mucho más escalable a la hora de abrir un restaurante”.

El futuro: nuevos retos, mismas pasiones

A pesar de los altibajos, Gustavo no descarta volver a abrir un restaurante. “Me apasiona este modelo de negocio y me gusta”. De hecho, ya tiene proyectos en mente relacionados con el sushi y los productos del mar.

Su experiencia es un testimonio del espíritu emprendedor: un ciclo continuo de creación, aprendizaje y reinvención. Los fracasos no definen, pero sí transforman. Lo importante es aprender, adaptarse y seguir construyendo. Con la mirada puesta en el futuro, Gustavo sigue siendo una referencia para aquellos que buscan combinar tradición e innovación en el sector de la restauración.

Tabla de contenidos

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La gastronomía española rinde homenaje a una de sus tapas más icónicas: la croqueta. En el Día Internacional de la Croqueta, que se celebra cada 16 de enero, esta delicia recibe toda la atención que merece. Aprovechando la ocasión, nos hemos dado a la difícil tarea de crear esta guía para descubrir dónde comer las mejores croquetas en España.

Hablar de croquetas es adentrarse en un mundo de creatividad infinita. Desde las clásicas de jamón hasta las más atrevidas de bacalao, rabo de toro o queso azul, cada una tiene su propio carácter. Y si nos fijamos en el rebozado, encontramos opciones para todos los gustos: desde el tradicional pan rallado hasta versiones innovadoras con panko o maíz tostado. 

Sin embargo, todas comparten algo en común: una bechamel perfectamente cocinada, sin grumos y con el punto exacto de melosidad, acompañada de una fritura que logre ese crujido característico que da sentido a su nombre, derivado del verbo francés croquer.

Croquetas Michelin

El bocado delicioso de un plato tradicional, elevado a la categoría de alta gastronomía, es lo que ofrecen los restaurantes más destacados de la guía Michelin. En sus propuestas, las croquetas dejan de ser una simple tapa para convertirse en una experiencia culinaria inolvidable.

¿Los más sonados? En Asturias, nombres como Casa Marcial (3 estrellas) y Casa Gerardo (1 estrella) se encuentran a la vanguardia. En El Corral del Indianu (1 estrella) y Regueiro (Tox), sus croquetas también se han ganado un lugar privilegiado en el panorama gastronómico nacional. La delicadeza de sus elaboraciones y la calidad de sus ingredientes hacen que cada bocado sea pura magia.

En otras partes de España, destacan las croquetas de jamón ibérico en Solana (1 estrella) y las de Trivio en Cuenca, donde la chacina estrella se convierte en arte. Para quienes buscan originalidad, las croquetas de tres carnes en Tatau Bistro (1 estrella) o las de pollo asado en Canalla Bistro (Valencia) son opciones imprescindibles. También merece una mención especial la versión de cocido de la abuela Manuela que se sirve en Tapas 3.0 (Salamanca), una auténtica oda a la tradición familiar, destaca la Guía Michelin.

Barcelona no se queda atrás. Lugares como Freixa Tradició y Vivanda (ambos reconocidos con un Bib Gourmand), junto con Mont Bar y Bardeni-Caldeni, presentan croquetas irresistibles, con propuestas donde la carne toma un protagonismo especial.

Por último, no podemos olvidar las emblemáticas croquetas de Echaurren (La Rioja), elaboradas siguiendo la receta de Marisa Sánchez, Premio Nacional de Gastronomía en 1987 y madre del chef dos estrellas Michelin, Francis Paniego. Estas croquetas han trascendido fronteras y son consideradas un icono en la alta cocina española.

Croqueta del Echaurren. Cortesía Guía Michelin.

Las de jamón

Si hay una croqueta que conquista paladares de norte a sur, es la de jamón. Su popularidad es indiscutible, tanto entre los comensales como en los concursos culinarios que buscan coronar a la mejor de España.

En Toledo, Iván Cerdeño ha marcado un antes y un después en la elaboración de croquetas. Su influencia es tal que varios de los ganadores recientes del Campeonato de Croquetas de Jamón son discípulos suyos. No lejos de ahí, las croquetas de jamón ibérico de José Manuel Gallego, también en Toledo, destacan por su calidad y ejecución, al punto de ser consideradas dignas de concurso. Cañitas Maite, otro representante toledano, se lleva el prestigioso título de Mejor Croqueta de Jamón Joselito en el concurso de Madrid Fusión 2021.

Más al sur, en Albacete, Ababol brilló con su croqueta elaborada con Jamón 5Jotas, conquistando el título de Mejor Croqueta de España en 2023.

En Asturias, las croquetas de jamón de Casa Belarmino han mantenido su fama a lo largo de los años. Finalistas en Madrid Fusión 2020, son un ejemplo de tradición y excelencia que sigue enamorando a quienes las prueban.

El restaurante Quinqué de Madrid se alzó como campeón de la Mejor Croqueta de Jamón de España en 2024. Entre los finalistas de ese año están el restaurante Pandora (Avilés), Flama (Valencia), La Barra de la Tasquería (Madrid), Santabar (Alicante), Jardín de los Duques (Madrid) y Jorge Lozano del restaurante Portal del Lino (Salamanca). Cada uno de ellos destaca por esta icónica tapa.

El norte destaca con las mejores croquetas

Cuando se trata de croquetas, el norte de España se posiciona como una auténtica cuna de excelencia. En Asturias y Burgos, los chefs han logrado crear versiones únicas que combinan tradición, innovación y una técnica impecable, elevando esta tapa a niveles inigualables.

En Oviedo, Pedro Martino, del restaurante Naguar, ha ganado reconocimiento por sus croquetas excepcionales. En Regueiro (Asturias), las croquetas han alcanzado el estatus de leyenda y han obtenido el premio a la Mejor Croqueta del Mundo en 2015, un reconocimiento que reafirma la maestría de su cocina. Otro imprescindible asturiano es Casa Gerardo, cuyas croquetas de compango de fabada se han convertido en una referencia indiscutible.

En Burgos, Cobo Estratos sorprende con su ‘Croqueta de leche fresca de vaca e ibérico’. Este restaurante combina la pureza de la leche local con la intensidad del jamón ibérico, logrando un equilibrio sublime que convierte cada bocado en una experiencia inolvidable.

Las croquetas de Madrid

Madrid, con su vibrante escena gastronómica, se posiciona como uno de los epicentros de las mejores croquetas de España. La capital ofrece desde las más tradicionales hasta las creaciones más innovadoras, conquistando a locales y turistas por igual.

El restaurante Tres por Cuatro ha destacado como finalista en el campeonato a la Mejor Croqueta de Jamón 2024, consolidándose como un referente en la escena croquetera madrileña. Otra de las grandes favoritas son las croquetas de Arzábal, cuya receta incorpora leche de oveja para intensificar su sabor.

En el barrio de Tetuán, Viavélez, una taberna de esencia asturiana dirigida por Paco Ron, deleita con dos variedades excepcionales: jamón y gambas. Por su parte, El Quinto Vino, una taberna castiza de renombre, sorprende con sus emblemáticas “croquetas de Esperanza”, elaboradas con jamón serrano y conocidas por su tamaño generoso y sabor tradicional.

Para los amantes de la creatividad, La Gastroteca de Chema es una parada obligatoria. Este restaurante, dirigido por Chema Soler, reinventa la croqueta con combinaciones únicas como tex mex de pollo, guacamole y jalapeños, pato con foie, o incluso croquetas líquidas de queso con confitura de tomate y olivas negras. Su carta es un paraíso para los croqueteros más atrevidos.

Entre los imprescindibles de Madrid también destacan las propuestas de La Tasquita de Enfrente, Cañadío, y BiBo Madrid, donde el chef Dani García mantiene la esencia de sus recetas originales, con opciones como jamón con polvo seco de tomate o chipirones en su tinta.

El restaurante Santerra también merece mención especial, cuyas croquetas de jamón ibérico se han alzado como las Mejores Croquetas del Mundo en Madrid Fusión 2018. Y si lo que buscas es historia y autenticidad, la taberna Casa Julio no decepciona. Su carta incluye opciones únicas como espinacas con pasas y gorgonzola, morcilla con membrillo, setas con puerros, queso azul, y muchas más.

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