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Cataluña, Región Mundial de la Gastronomía 2025: "Debemos creernos más a nosotros mismos"

Carles Vilarrubí destaca el impacto en identidad y turismo para Cataluña al ser la primera región europea en recibir este reconocimiento.

4 minutos

2/3/25

Carles Vilarrubí, presidente de la Acadèmia Catalana de Gastronomia i Nutrició.

Cataluña ha sido distinguida como la primera Región Mundial de la Gastronomía en Europa, un reconocimiento otorgado por el Instituto Internacional de Gastronomía, Cultura, Artes y Turismo. Esta distinción reafirma el prestigio de la cocina catalana y representa una oportunidad para proyectar al mundo la riqueza culinaria y cultural del territorio. 

Carles Vilarrubí, presidente de la Acadèmia Catalana de Gastronomia i Nutrició, destaca que esta es una ocasión única para revalorizar los productos locales, las nuevas generaciones de cocineros, los restauradores y la tradición gastronómica de la región.

"Como catalanes, nos falta un punto de autoestima porque no somos conscientes de la riqueza de nuestra cocina y de nuestros restauradores", lamenta Vilarrubí. En este sentido, confía en que esta distinción sirva para fomentar el orgullo por la gastronomía catalana y convertirla en un pilar fundamental de la identidad y el turismo en el territorio.

Para ello, el Govern, en colaboración con la Acadèmia Catalana de Gastronomia i Nutrició, la Fundació Alícia y El Bulli Foundation, ha diseñado un programa con más de 50 iniciativas que impulsarán la visibilidad de la gastronomía catalana en el ámbito nacional e internacional.

Un reconocimiento que fortalece la identidad catalana

Para Vilarrubí, este reconocimiento supone "consolidar el prestigio que ya tiene Cataluña" en el ámbito culinario. Destaca que la gastronomía es un reflejo de la cultura de un pueblo y que este premio pone en valor los productos, la tradición y la innovación que han definido la cocina catalana en las últimas décadas. "Somos fruto de nuestro paisaje y la cocina no es más que el reflejo de esta riqueza", añade. 

Además, recuerda que "por Cataluña ha pasado la gran revolución gastronómica que se produjo hace 30 años con la irrupción de fenómenos como los de Ferrán Adrià y tantos otros que nos pusieron en el mapa y cambiaron el paradigma mundial de la gastronomía".

Impulso a la promoción del turismo gastronómico

"El turismo gastronómico gasta un 20% más que el turista convencional y puede viajar fuera de temporada"

El plan de acción para celebrar la distinción incluye una intensa campaña de comunicación, eventos gastronómicos en todo el mundo y la gira internacional Som Gastronomia. Este programa contará con 30 embajadores, entre chefs y productores, que llevarán la cocina catalana a mercados estratégicos, con el objetivo de posicionar a Cataluña como un destino de referencia en el turismo enogastronómico. "El turismo gastronómico gasta un 20% más que el turista convencional y puede viajar fuera de temporada, lo que supone un gran beneficio económico", explica Vilarrubí.

Del producto local a la mesa global

Uno de los objetivos clave de este reconocimiento es "generar nuevos talentos y una regeneración de los profesionales que se dedican al sector con la ilusión necesaria para desarrollar la gastronomía catalana". En este sentido, Vilarrubí destaca que "debemos potenciar nuestra cocina propia, nuestra tradición y todo lo que se ha desarrollado en términos de innovación en los últimos 30 años".

La colaboración entre la Acadèmia Catalana de Gastronomia, la Fundació Alícia y El Bulli Foundation permitirá impulsar programas educativos y encuentros con expertos para formar a las nuevas generaciones de cocineros y productores.

Otro de los ejes clave de esta iniciativa es potenciar el consumo de productos autóctonos como el aceite de oliva, el vino y los productos lácteos. "Pondremos en contacto a 90 operadores de turismo enogastronómico a nivel mundial con 100 empresas catalanas del sector agroalimentario, la pesca y la producción de alimentos", detalla Vilarrubí. 

Además, se organizarán show cookings y encuentros con expertos para poner en valor la cocina tradicional catalana, que convive con la alta gastronomía representada por los más de 60 restaurantes con estrella Michelin en el territorio. "Barcelona es una de las tres ciudades europeas con más restaurantes de tres estrellas Michelin, pero también debemos fortalecer nuestra cocina autóctona y mostrarla como un elemento de interés y atractivo turístico", señala Vilarrubí.

Turismo gastronómico: un modelo sostenible y regenerativo

Vilarrubí defiende que el turismo gastronómico es el modelo que Cataluña debe fomentar, ya que "aporta valor a la comunidad, conecta con el mundo rural y contribuye a la recuperación del entorno".  

En este sentido, destaca que "es un turismo regenerativo, que además promociona el producto local y se aproxima a él, lo que lo convierte en un modelo ecológicamente sostenible y un aliado en la lucha contra el cambio climático". Por ello, considera clave "apostar por un cambio de modelo hacia un turismo enogastronómico, que nos aproxime a un modelo de producción agroalimentario mucho más comprometido con el territorio".

Un mensaje de autoestima y reconocimiento

Como cierre, Vilarrubí lanza un mensaje claro a los catalanes: "Debemos creernos mucho más a nosotros mismos". Insiste en la necesidad de tener la misma confianza que otras culturas gastronómicas han sabido proyectar a nivel internacional. "Hemos de exportar con credibilidad y convencimiento los valores de nuestra gastronomía", concluye, subrayando la importancia de valorar y promover la riqueza culinaria de Cataluña como un elemento esencial de su identidad y de su proyección global.

Tabla de contenidos

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La gastronomía española rinde homenaje a una de sus tapas más icónicas: la croqueta. En el Día Internacional de la Croqueta, que se celebra cada 16 de enero, esta delicia recibe toda la atención que merece. Aprovechando la ocasión, nos hemos dado a la difícil tarea de crear esta guía para descubrir dónde comer las mejores croquetas en España.

Hablar de croquetas es adentrarse en un mundo de creatividad infinita. Desde las clásicas de jamón hasta las más atrevidas de bacalao, rabo de toro o queso azul, cada una tiene su propio carácter. Y si nos fijamos en el rebozado, encontramos opciones para todos los gustos: desde el tradicional pan rallado hasta versiones innovadoras con panko o maíz tostado. 

Sin embargo, todas comparten algo en común: una bechamel perfectamente cocinada, sin grumos y con el punto exacto de melosidad, acompañada de una fritura que logre ese crujido característico que da sentido a su nombre, derivado del verbo francés croquer.

Croquetas Michelin

El bocado delicioso de un plato tradicional, elevado a la categoría de alta gastronomía, es lo que ofrecen los restaurantes más destacados de la guía Michelin. En sus propuestas, las croquetas dejan de ser una simple tapa para convertirse en una experiencia culinaria inolvidable.

¿Los más sonados? En Asturias, nombres como Casa Marcial (3 estrellas) y Casa Gerardo (1 estrella) se encuentran a la vanguardia. En El Corral del Indianu (1 estrella) y Regueiro (Tox), sus croquetas también se han ganado un lugar privilegiado en el panorama gastronómico nacional. La delicadeza de sus elaboraciones y la calidad de sus ingredientes hacen que cada bocado sea pura magia.

En otras partes de España, destacan las croquetas de jamón ibérico en Solana (1 estrella) y las de Trivio en Cuenca, donde la chacina estrella se convierte en arte. Para quienes buscan originalidad, las croquetas de tres carnes en Tatau Bistro (1 estrella) o las de pollo asado en Canalla Bistro (Valencia) son opciones imprescindibles. También merece una mención especial la versión de cocido de la abuela Manuela que se sirve en Tapas 3.0 (Salamanca), una auténtica oda a la tradición familiar, destaca la Guía Michelin.

Barcelona no se queda atrás. Lugares como Freixa Tradició y Vivanda (ambos reconocidos con un Bib Gourmand), junto con Mont Bar y Bardeni-Caldeni, presentan croquetas irresistibles, con propuestas donde la carne toma un protagonismo especial.

Por último, no podemos olvidar las emblemáticas croquetas de Echaurren (La Rioja), elaboradas siguiendo la receta de Marisa Sánchez, Premio Nacional de Gastronomía en 1987 y madre del chef dos estrellas Michelin, Francis Paniego. Estas croquetas han trascendido fronteras y son consideradas un icono en la alta cocina española.

Croqueta del Echaurren. Cortesía Guía Michelin.

Las de jamón

Si hay una croqueta que conquista paladares de norte a sur, es la de jamón. Su popularidad es indiscutible, tanto entre los comensales como en los concursos culinarios que buscan coronar a la mejor de España.

En Toledo, Iván Cerdeño ha marcado un antes y un después en la elaboración de croquetas. Su influencia es tal que varios de los ganadores recientes del Campeonato de Croquetas de Jamón son discípulos suyos. No lejos de ahí, las croquetas de jamón ibérico de José Manuel Gallego, también en Toledo, destacan por su calidad y ejecución, al punto de ser consideradas dignas de concurso. Cañitas Maite, otro representante toledano, se lleva el prestigioso título de Mejor Croqueta de Jamón Joselito en el concurso de Madrid Fusión 2021.

Más al sur, en Albacete, Ababol brilló con su croqueta elaborada con Jamón 5Jotas, conquistando el título de Mejor Croqueta de España en 2023.

En Asturias, las croquetas de jamón de Casa Belarmino han mantenido su fama a lo largo de los años. Finalistas en Madrid Fusión 2020, son un ejemplo de tradición y excelencia que sigue enamorando a quienes las prueban.

El restaurante Quinqué de Madrid se alzó como campeón de la Mejor Croqueta de Jamón de España en 2024. Entre los finalistas de ese año están el restaurante Pandora (Avilés), Flama (Valencia), La Barra de la Tasquería (Madrid), Santabar (Alicante), Jardín de los Duques (Madrid) y Jorge Lozano del restaurante Portal del Lino (Salamanca). Cada uno de ellos destaca por esta icónica tapa.

El norte destaca con las mejores croquetas

Cuando se trata de croquetas, el norte de España se posiciona como una auténtica cuna de excelencia. En Asturias y Burgos, los chefs han logrado crear versiones únicas que combinan tradición, innovación y una técnica impecable, elevando esta tapa a niveles inigualables.

En Oviedo, Pedro Martino, del restaurante Naguar, ha ganado reconocimiento por sus croquetas excepcionales. En Regueiro (Asturias), las croquetas han alcanzado el estatus de leyenda y han obtenido el premio a la Mejor Croqueta del Mundo en 2015, un reconocimiento que reafirma la maestría de su cocina. Otro imprescindible asturiano es Casa Gerardo, cuyas croquetas de compango de fabada se han convertido en una referencia indiscutible.

En Burgos, Cobo Estratos sorprende con su ‘Croqueta de leche fresca de vaca e ibérico’. Este restaurante combina la pureza de la leche local con la intensidad del jamón ibérico, logrando un equilibrio sublime que convierte cada bocado en una experiencia inolvidable.

Las croquetas de Madrid

Madrid, con su vibrante escena gastronómica, se posiciona como uno de los epicentros de las mejores croquetas de España. La capital ofrece desde las más tradicionales hasta las creaciones más innovadoras, conquistando a locales y turistas por igual.

El restaurante Tres por Cuatro ha destacado como finalista en el campeonato a la Mejor Croqueta de Jamón 2024, consolidándose como un referente en la escena croquetera madrileña. Otra de las grandes favoritas son las croquetas de Arzábal, cuya receta incorpora leche de oveja para intensificar su sabor.

En el barrio de Tetuán, Viavélez, una taberna de esencia asturiana dirigida por Paco Ron, deleita con dos variedades excepcionales: jamón y gambas. Por su parte, El Quinto Vino, una taberna castiza de renombre, sorprende con sus emblemáticas “croquetas de Esperanza”, elaboradas con jamón serrano y conocidas por su tamaño generoso y sabor tradicional.

Para los amantes de la creatividad, La Gastroteca de Chema es una parada obligatoria. Este restaurante, dirigido por Chema Soler, reinventa la croqueta con combinaciones únicas como tex mex de pollo, guacamole y jalapeños, pato con foie, o incluso croquetas líquidas de queso con confitura de tomate y olivas negras. Su carta es un paraíso para los croqueteros más atrevidos.

Entre los imprescindibles de Madrid también destacan las propuestas de La Tasquita de Enfrente, Cañadío, y BiBo Madrid, donde el chef Dani García mantiene la esencia de sus recetas originales, con opciones como jamón con polvo seco de tomate o chipirones en su tinta.

El restaurante Santerra también merece mención especial, cuyas croquetas de jamón ibérico se han alzado como las Mejores Croquetas del Mundo en Madrid Fusión 2018. Y si lo que buscas es historia y autenticidad, la taberna Casa Julio no decepciona. Su carta incluye opciones únicas como espinacas con pasas y gorgonzola, morcilla con membrillo, setas con puerros, queso azul, y muchas más.

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