Negocio

Cómo convertirse en el restaurante donde todos quieren trabajar

Conviértete en el restaurante donde todos quieren trabajar: equipo feliz, cultura auténtica y tecnología que libera.

4 minutos

10/5/25

Encontrar personal cualificado, motivado y que no desaparezca tras el primer turno intenso se ha convertido en una misión casi imposible para muchos restauradores. La rotación de empleados es uno de los grandes dolores de cabeza del sector, y en un mercado laboral cada vez más exigente, destacar como empleador atractivo ya no es un lujo, es una necesidad.

Sumado a la inestabilidad crónica de la industria —jornadas largas, salarios ajustados, clientes impredecibles y regulaciones que cambian con las estaciones—, construir un equipo sólido y comprometido parece un acto de magia negra. Pero no lo es. Convertirse en el lugar donde todos quieren trabajar es una mezcla de estrategia, humanidad y un toque cool.

Crea un equipo que se sienta como familia (pero sin dramas)

La base de todo restaurante exitoso es su gente. Contratar a personas que compartan los valores del local (ya sea eficiencia, creatividad o puro amor por la cocina) es esencial. Pero más allá del talento, hay que cultivar una cultura de confianza. Deja de microgestionar y empieza a confiar: empodera a tus empleados para tomar decisiones, involúcralos en la resolución de problemas y haz que sientan que su voz cuenta. Para los restaurantes internacionales, incorporar personal local no solo mejora la experiencia del cliente, también ayuda a que el equipo se sienta identificado, integrado y parte del proyecto.

Y sí, no subestimes el poder de un sofá cómodo y una cafetera decente. Un rincón de descanso bien montado con juegos, luz natural y cero vibes de hospital puede ser la diferencia entre un empleado feliz y uno que ya está revisando ofertas en LinkedIn.

Haz del marketing una fiesta (e invita al equipo)

En la era de TikTok e Instagram, tu equipo no solo puede ser embajador de marca, ¡debe serlo! Involúcralos en las campañas, deja que cuenten su historia, que enseñen sus trucos o que compartan ese plato secreto que aman preparar. Esto no solo refuerza la cultura de pertenencia, también atrae a nuevos talentos que ven un ambiente fresco, real y lleno de posibilidades.

Además, ofrecer oportunidades de crecimiento profesional y formación constante es clave. Nadie quiere quedarse estancado limpiando planchas eternamente. Y si realmente quieres jugar en otra liga, invierte en herramientas tecnológicas que automaticen procesos pesados: menos tiempo cuadrando horarios o gestionando inventarios, más tiempo para crear, conectar y disfrutar del trabajo.

Liderazgo que inspira, no que espanta

Los jefes que gritan en cocina están pasados de moda (y de rosca). Hoy, liderar un restaurante significa saber escuchar, comunicarte con claridad y predicar con el ejemplo. Sé el tipo de líder que ayuda a levantar el servicio cuando está todo patas arriba y el que se queda a celebrar los logros con una ronda de birras (o kombuchas, que ahora también molan).

Organiza reuniones breves y periódicas donde el equipo pueda proponer ideas, detectar cuellos de botella o simplemente compartir lo que sienten. La transparencia crea compromiso, y el compromiso evita renuncias por sorpresa un viernes a las 19:00.

La felicidad también se cocina

No subestimes el poder de los detalles: uniformes cómodos, horarios que respeten la vida personal, turnos bien diseñados y pagas a tiempo. Parece básico, pero la cantidad de restaurantes que fallan en eso da miedo. Un equipo feliz se nota en el servicio, en la energía y hasta en los platos.

Y si de verdad quieres enamorar a tu plantilla, invierte en bienestar: talleres de salud mental, actividades de team building que no sean cursis (paintball, escape rooms, una noche de karaoke en modo salvaje), sesiones de meditación express o simplemente días libres sorpresa. El cariño se devuelve con fidelidad.

Digitaliza o muere (y de paso, alivia)

La tecnología no es solo para los foodies con apps: es la aliada silenciosa que puede hacer tu restaurante más humano. Automatizar reservas, controlar inventarios con un clic, gestionar pedidos desde el móvil, planificar turnos sin drama... todo esto libera tiempo y energía. ¿El resultado? Menos estrés, más productividad, y un equipo que no acaba con cara de “me quiero ir a mi casa” antes del postre.

Implementa herramientas que además sean fáciles de usar, con interfaces intuitivas y que aporten datos útiles para tomar decisiones rápidas. No se trata de sustituir a las personas, sino de permitirles hacer lo que mejor saben: conectar con los clientes y brillar en lo que hacen.

El restaurante como marca empleadora

Piensa como una startup y actúa como una banda de rock. Tu restaurante no solo debe atraer a clientes, también a talento. Usa tus redes sociales no solo para mostrar platos perfectos, sino también para visibilizar a tu equipo, su día a día, sus logros y hasta sus bloopers. Crea una narrativa que muestre tu cultura desde dentro: eso seduce mucho más que cualquier anuncio de empleo en letra Arial tamaño 11.

Además, trabajar contigo debería sentirse como una experiencia con propósito. ¿Tu restaurante es sostenible? ¿Tienes un proyecto social? ¿Participas en ferias gastronómicas o colaboras con otros locales? Todo eso suma a la propuesta de valor para quienes buscan más que un salario.

Tabla de contenidos

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La gastronomía española rinde homenaje a una de sus tapas más icónicas: la croqueta. En el Día Internacional de la Croqueta, que se celebra cada 16 de enero, esta delicia recibe toda la atención que merece. Aprovechando la ocasión, nos hemos dado a la difícil tarea de crear esta guía para descubrir dónde comer las mejores croquetas en España.

Hablar de croquetas es adentrarse en un mundo de creatividad infinita. Desde las clásicas de jamón hasta las más atrevidas de bacalao, rabo de toro o queso azul, cada una tiene su propio carácter. Y si nos fijamos en el rebozado, encontramos opciones para todos los gustos: desde el tradicional pan rallado hasta versiones innovadoras con panko o maíz tostado. 

Sin embargo, todas comparten algo en común: una bechamel perfectamente cocinada, sin grumos y con el punto exacto de melosidad, acompañada de una fritura que logre ese crujido característico que da sentido a su nombre, derivado del verbo francés croquer.

Croquetas Michelin

El bocado delicioso de un plato tradicional, elevado a la categoría de alta gastronomía, es lo que ofrecen los restaurantes más destacados de la guía Michelin. En sus propuestas, las croquetas dejan de ser una simple tapa para convertirse en una experiencia culinaria inolvidable.

¿Los más sonados? En Asturias, nombres como Casa Marcial (3 estrellas) y Casa Gerardo (1 estrella) se encuentran a la vanguardia. En El Corral del Indianu (1 estrella) y Regueiro (Tox), sus croquetas también se han ganado un lugar privilegiado en el panorama gastronómico nacional. La delicadeza de sus elaboraciones y la calidad de sus ingredientes hacen que cada bocado sea pura magia.

En otras partes de España, destacan las croquetas de jamón ibérico en Solana (1 estrella) y las de Trivio en Cuenca, donde la chacina estrella se convierte en arte. Para quienes buscan originalidad, las croquetas de tres carnes en Tatau Bistro (1 estrella) o las de pollo asado en Canalla Bistro (Valencia) son opciones imprescindibles. También merece una mención especial la versión de cocido de la abuela Manuela que se sirve en Tapas 3.0 (Salamanca), una auténtica oda a la tradición familiar, destaca la Guía Michelin.

Barcelona no se queda atrás. Lugares como Freixa Tradició y Vivanda (ambos reconocidos con un Bib Gourmand), junto con Mont Bar y Bardeni-Caldeni, presentan croquetas irresistibles, con propuestas donde la carne toma un protagonismo especial.

Por último, no podemos olvidar las emblemáticas croquetas de Echaurren (La Rioja), elaboradas siguiendo la receta de Marisa Sánchez, Premio Nacional de Gastronomía en 1987 y madre del chef dos estrellas Michelin, Francis Paniego. Estas croquetas han trascendido fronteras y son consideradas un icono en la alta cocina española.

Croqueta del Echaurren. Cortesía Guía Michelin.

Las de jamón

Si hay una croqueta que conquista paladares de norte a sur, es la de jamón. Su popularidad es indiscutible, tanto entre los comensales como en los concursos culinarios que buscan coronar a la mejor de España.

En Toledo, Iván Cerdeño ha marcado un antes y un después en la elaboración de croquetas. Su influencia es tal que varios de los ganadores recientes del Campeonato de Croquetas de Jamón son discípulos suyos. No lejos de ahí, las croquetas de jamón ibérico de José Manuel Gallego, también en Toledo, destacan por su calidad y ejecución, al punto de ser consideradas dignas de concurso. Cañitas Maite, otro representante toledano, se lleva el prestigioso título de Mejor Croqueta de Jamón Joselito en el concurso de Madrid Fusión 2021.

Más al sur, en Albacete, Ababol brilló con su croqueta elaborada con Jamón 5Jotas, conquistando el título de Mejor Croqueta de España en 2023.

En Asturias, las croquetas de jamón de Casa Belarmino han mantenido su fama a lo largo de los años. Finalistas en Madrid Fusión 2020, son un ejemplo de tradición y excelencia que sigue enamorando a quienes las prueban.

El restaurante Quinqué de Madrid se alzó como campeón de la Mejor Croqueta de Jamón de España en 2024. Entre los finalistas de ese año están el restaurante Pandora (Avilés), Flama (Valencia), La Barra de la Tasquería (Madrid), Santabar (Alicante), Jardín de los Duques (Madrid) y Jorge Lozano del restaurante Portal del Lino (Salamanca). Cada uno de ellos destaca por esta icónica tapa.

El norte destaca con las mejores croquetas

Cuando se trata de croquetas, el norte de España se posiciona como una auténtica cuna de excelencia. En Asturias y Burgos, los chefs han logrado crear versiones únicas que combinan tradición, innovación y una técnica impecable, elevando esta tapa a niveles inigualables.

En Oviedo, Pedro Martino, del restaurante Naguar, ha ganado reconocimiento por sus croquetas excepcionales. En Regueiro (Asturias), las croquetas han alcanzado el estatus de leyenda y han obtenido el premio a la Mejor Croqueta del Mundo en 2015, un reconocimiento que reafirma la maestría de su cocina. Otro imprescindible asturiano es Casa Gerardo, cuyas croquetas de compango de fabada se han convertido en una referencia indiscutible.

En Burgos, Cobo Estratos sorprende con su ‘Croqueta de leche fresca de vaca e ibérico’. Este restaurante combina la pureza de la leche local con la intensidad del jamón ibérico, logrando un equilibrio sublime que convierte cada bocado en una experiencia inolvidable.

Las croquetas de Madrid

Madrid, con su vibrante escena gastronómica, se posiciona como uno de los epicentros de las mejores croquetas de España. La capital ofrece desde las más tradicionales hasta las creaciones más innovadoras, conquistando a locales y turistas por igual.

El restaurante Tres por Cuatro ha destacado como finalista en el campeonato a la Mejor Croqueta de Jamón 2024, consolidándose como un referente en la escena croquetera madrileña. Otra de las grandes favoritas son las croquetas de Arzábal, cuya receta incorpora leche de oveja para intensificar su sabor.

En el barrio de Tetuán, Viavélez, una taberna de esencia asturiana dirigida por Paco Ron, deleita con dos variedades excepcionales: jamón y gambas. Por su parte, El Quinto Vino, una taberna castiza de renombre, sorprende con sus emblemáticas “croquetas de Esperanza”, elaboradas con jamón serrano y conocidas por su tamaño generoso y sabor tradicional.

Para los amantes de la creatividad, La Gastroteca de Chema es una parada obligatoria. Este restaurante, dirigido por Chema Soler, reinventa la croqueta con combinaciones únicas como tex mex de pollo, guacamole y jalapeños, pato con foie, o incluso croquetas líquidas de queso con confitura de tomate y olivas negras. Su carta es un paraíso para los croqueteros más atrevidos.

Entre los imprescindibles de Madrid también destacan las propuestas de La Tasquita de Enfrente, Cañadío, y BiBo Madrid, donde el chef Dani García mantiene la esencia de sus recetas originales, con opciones como jamón con polvo seco de tomate o chipirones en su tinta.

El restaurante Santerra también merece mención especial, cuyas croquetas de jamón ibérico se han alzado como las Mejores Croquetas del Mundo en Madrid Fusión 2018. Y si lo que buscas es historia y autenticidad, la taberna Casa Julio no decepciona. Su carta incluye opciones únicas como espinacas con pasas y gorgonzola, morcilla con membrillo, setas con puerros, queso azul, y muchas más.

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